¿Alguna vez has sentido la nostalgia por las historietas que marcaron la infancia de tus padres y de muchas generaciones de mexicanos? Entonces, el Museo de la Caricatura y la Historieta Joaquín Cervantes Bassoco (Mucahi), ubicado en Anenecuilco, es el destino perfecto para ti.
De acuerdo con el director del museo, Rubén Eduardo Soto Díaz, se trata de la "recuperación de la memoria histórica de todas las lecturas que tenían los niños de los años 60 y 70".
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Ubicado a pocos pasos del Museo Casa Zapata, este lugar único en México se centra en preservar y exponer la rica historia de la historieta y la caricatura mexicana. Soto Díaz, caricaturista conocido como El Metiche, es un apasionado defensor del medio.
"La historieta no es solo entretenimiento, también es educación y conocimiento de nuestra historia", explica
En el Mucahi te sumergirás en una fascinante exploración de cómo la historieta mexicana ha reflejado los cambios sociales y políticos en México a lo largo de los años. También descubrirás cómo se ha utilizado para ilustrar episodios de la Revolución Mexicana, con personajes como Obregón, Carranza y Villa, siendo inmortalizados en viñetas.
La colección
La colección del museo, que incluye más de 10 mil caricaturas originales y cinco mil ejemplares de historietas, entre ellos la colección completa de Lágrimas y risas, es una auténtica cápsula del tiempo que invita a los visitantes a viajar a las décadas de los 60 y 70. Sin embargo, no todo está en exhibición, ya que, como apunta su director, "necesitan una iluminación adecuada, un espacio libre de polvo y mejores condiciones".
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A pesar de los desafíos, Mucahi ha logrado un reconocimiento internacional por su contribución a la preservación de la historia de la historieta mexicana.
"Hemos tenido éxito a nivel internacional. Hemos participado en ediciones que se han hecho en Canadá y Japón con material de nuestro museo”, afirma Soto Díaz.
Pero el Mucahi no solo se preocupa por el pasado. Según Soto, el museo también está "muy comprometido con la formación de nuevas generaciones de historietistas y caricaturistas". Por tanto, además de albergar una colección inigualable, es un espacio para fomentar y exhibir el trabajo de artistas emergentes.
Así, el Museo de la Caricatura y la Historieta es una joya escondida en Anenecuilco que cualquier amante de la historia, el arte y la cultura mexicana no debe perderse.
Rubén Eduardo Soto hizo un llamado urgente para conseguir un espacio digno para la conservación y exposición de su colección.
"Este museo nació después de muchos años de trabajar como caricaturista, con la oportunidad de conocer a las figuras más importantes del gremio, quienes me fueron haciendo donaciones", comenta Soto.
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