Mujeres ejemplares ponen el título de "mamá" en alto

Las historias de estas tres madres son inspiradoras, nada las detiene pese a las dificultades a las que se enfrentan en su día a día; te invitamos a conocerlas

Rosaura Hernández | El Sol de Cuautla

  · lunes 9 de mayo de 2022

Desde muy pequeña, Sofía comenzó a trabajar para ayudar a los gastos familiares /Rosaura Hernández | El Sol de Cuautla

Madre es la única persona en el mundo que siempre está, de forma incondicional, pero sobre todo porque es capaz de dar todo sin recibir nada, de querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio, es un trabajo de 24 horas, los siete días de la semana, sin descansos ni vacaciones, que, en la mayoría de las ocasiones deben combinar con otros oficios y profesiones. Te presentamos la historia de tres mujeres que, pese a lo complejo que pueda ser, han puesto el título de mamá muy en alto.

Ganadera, productora cañera y de queso artesanal, requesón y yogur, comerciante, dueña de un vivero, ama de casa, mamá de cuatro, abuela de 11 y bisabuela de dos. Ella es Sofía Sánchez Ángel, quien, a sus 61 años, además, está planeando su boda y aunque para ella el 10 de mayo es una fecha triste, aunque generalmente la celebra junto a sus nietos y su esposo.

Originaria de Puebla, Sofi es la penúltima de siete hermanos; desde muy pequeña comenzó a trabajar para ayudar a los gastos familiares, eso la llevó a vivir un tiempo en Veracruz; fue a los 12 años cuando llegó a vivir a Cuautla, donde vive hasta la fecha. Desde hace casi 20 años vive con José Hernández García, con quien ha comenzado a planear su boda. Con su primera pareja Sofi tuvo cuatro hijos, que le han dado 11 nietos y 2 bisnietos.

A sus 61 años, se dedica a la ganadería, pues tiene 40 vacas para ordeña, además tiene 35 borregos, un marrano, gallinas, perros y demás animales de granja, los cuales alimenta, limpia y procura todos los días.

Con la leche de sus vacas elabora queso, requesón y yogur todos los días para vender; al día elabora en promedio 8 quesos y el yogurt conforme los encargos que tenga, estos pueden ir desde 10 a 15 litros de yogurt. También tiene un pequeño vivero con árboles de limón, mango y aguacate.

Como muchas mujeres la señora Sofía cumple con las labores del hogar; su día empieza a las 6:00 para comenzar la limpieza en su casa y a las 6: 30 am llevar a su nieta a la escuela. Al regresar comienza con el trabajo de ordeña, limpia y alimento de sus animales.

Pese a ser una mujer extraordinaria, el 10 de mayo transcurre como un día normal, pues sus hijos no suelen visitarla en esta fecha, por lo que es don José y sus nietos quienes le festejan el día, llevándole algún detalle o a comer o cenar.

“No desaprovechen la oportunidad de tener a la mamá aún con vida porque cuando uno no la tienen; yo le diría todas aquellas personas que tienen la dicha de tener a su mamá con vida que la disfruten, que la visiten y que platiquen con ella, es lo mejor que uno puede hacer por las mamás”.

El tránsito no la detiene

Lizbeth Rubí Fuentes González pasa los días en las calles de Cuautla ataviada con un pantalón azul ajustado, camisa blanca, gorra y chaleco verde, moviéndose de un lugar a otro, con su silbato y apresurando a los vehículos. Trabaja en el área de Tránsito Municipal desde hace 22 años, pero hace 30 se convirtió en mamá.

"Jamás en la vida encontrarás ternura mejor y más desinteresada que la de una madre", palabras que describen a la perfección el significado de ser mamá.

Pero, ¿cómo enfrentar el mundo trabajando diario en las calles con riesgos y con tres hijos?

"No ha sido fácil, claro que no, pero tenía que hacerlo, trabajar como agente de tránsito es difícil, hay riesgo más que en otros trabajos, nos enfrentamos a gente grosera, que nos dice de cosas por ser mujer, por tener este trabajo, pero eso no me ha impedido que lo ejerza con el mayor profesionalismo, pasión y amor".

Madre de tres hijos, dos mujeres y un hombre, de 30, 27 y 20 años, Lizbeth platica que antes de convertirse en agente de Tránsito tuvo a sus dos primeros hijos Melissa y Alexis, y ya estando en servicio tuvo a la tercera Emily, lo que sí fue un poco difícil, pero nunca se arrepintió de ser madre, y al contrario le dio fuerza para seguir luchando, seguir trabajando.

Dijo que el ser madre y agente de Tránsito ha sido muy difícil, cansado, pero feliz de hacerlo todos los días.

"Corremos riesgos, y eso era algo que siempre me recordaban mis hijos, me decían que ya no saliera a trabajar, que ya no fuera policía, que trabajará en otra cosa, pero yo les hice entender que no era parte de la necesidad, sino de algo que traigo en la sangre, mi padre fue policía, mi abuelo fue también policía, ya lo traigo en la sangre".

Sin embargo, dijo que hoy agradece tener los hijos que tiene porque se sienten orgullosa de ella, "en cada momento me dicen que están orgullosos por la mama y policía que soy".

"Abracen a sus hijos, pasen tiempo con ellos, cuando menos nos damos cuenta el tiempo ya pasó".

Lo da todo por sus hijos

Las circunstancias que ha enfrentado Isabel Hernández cada vez la hacen más fuerte. Durante los siete días de la semana trabaja en su estética para ofrecerle un mejor futuro a quienes califica como “el motor de su vida”, sus dos hijos.

Originaria de Chilpancingo, Guerrero, llegó a Morelos desde muy joven, entidad donde se casó y logró establecer su estética en la colonia Mártires del Río Blanco, un oficio que le ha permitido sacar a sus dos hijos adelante, Rubí, de 18 años, y Christopher, de 14.

“Tenía que dividirme en mil para poder trabajar y atenderlos. Desde que los tuve siempre estuvieron conmigo en la estética; mi trabajo me permitió tenerlos aquí para cuidarlos, llevarlos a la escuela, traerlos y trabajar”, dijo.

Hasta la fecha la estética es el punto de reunión con sus hijos, dónde comen, platican de su día a día, ríen, incluso lloran y planean a futuro y de donde parten todas las tardes hacia su casa para descansar y dormir.

Su oficio no solo le ha permitido sacar adelante a sus hijos y darles estudios, sino también le ha dejado satisfacciones, como superación personal, amistades y clientes que la buscan satisfechos por su trabajo.

Sin duda, el motor que la impulsa a seguir son sus hijos, quienes le aportan la fuerza de salir adelante, de ser mejor persona y demostrarse a sí misma que es una mujer fuerte, capaz e independiente. “No cambiaría por nada la satisfacción de ser mamá”.

Sin poder contener las lágrimas al recordar lo que ha tenido que pasar en su vida personal, le da satisfacción que sus hijos busquen su propio camino como Christopher, quien con tan sólo 14 años hace su esfuerzo para ayudarla y estudiar, y quien se ha propuesto estudiar en un futuro ingeniería civil, y su hija tiene gusto por temas de belleza y la decoración de uñas.

Convencida de que el reconocimiento a las mamás debe ser todos los días y no solo el 10 de Mayo, Isabel Hernández desea que sus hijos salgan adelante, cumplan sus sueños, seres de bien y a quienes siempre les ha hecho saber que ella estará a su lado para apoyarlos.

Con información de Dulce Gaviña y Jessica Arellano.


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