A medida que la actividad del volcán Popocatépetl continúa, no podemos evitar recordar cómo los volcanes y las erupciones volcánicas han sido una fuente de inspiración en la cultura popular.
Desde el cine hasta la literatura, estas manifestaciones de la fuerza de la naturaleza han cautivado nuestra imaginación y dado lugar a narrativas emocionantes y perspectivas educativas sobre la interacción humana con la geología.
Dentro del celuloide
En el cine, los volcanes han sido el escenario de la acción, la ciencia ficción y hasta de la comedia romántica. La película Volcano (1997), dirigida por Mick Jackson, lleva la erupción volcánica al corazón de Los Ángeles, ofreciendo una visión apocalíptica de lo que ocurriría si un volcán entrara en erupción en medio de una ciudad metropolitana.
En la misma línea, Dante's Peak (1997), protagonizada por Pierce Brosnan y Linda Hamilton, representa la lucha de una pequeña ciudad contra la inminente erupción de un volcán cercano. Ambas películas, aunque geológicamente inexactas, nos muestran los riesgos y consecuencias asociados con la actividad volcánica.
Un enfoque más realista lo encontramos en Into the Inferno (2016), un documental de Werner Herzog que ofrece una mirada más profunda a los volcanes activos de todo el mundo, al mismo tiempo que explora las creencias culturales y mitológicas que rodean a estos colosos de fuego.
En la literatura
Los volcanes han desempeñado un papel importante en la literatura, no solo en términos de proporcionar un escenario dramático, sino también como metáforas de cambio y transformación. Krakatoa: The Day the World Exploded (2003), de Simon Winchester, por ejemplo, es una obra de no ficción que documenta la catastrófica erupción del Krakatoa en 1883. Esta erupción, una de las más mortales de la historia, cambió la geografía del mundo y afectó el clima global. Winchester ilustra los efectos de esta erupción y su impacto en la sociedad de aquella época.
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En la ficción, Journey to the Centre of the Earth (1864), de Julio Verne, presenta una expedición que se inicia a través de un volcán en Islandia y se adentra en el misterioso mundo subterráneo.
Además, la mitología y las leyendas han tenido a los volcanes como protagonistas en numerosas ocasiones. Un ejemplo clásico es la leyenda de Hefesto, conocido como Vulcano en la mitología romana, el dios del fuego y los volcanes. Desde la isla italiana de Stromboli, este volcán ha estado en erupción casi constante durante los últimos dos mil años y es a menudo referido como "el faro del Mediterráneo". Se ha sugerido que fue una fuente de inspiración para los antiguos mitos de Hefesto.
Volcanes reales
Las representaciones culturales de los volcanes nos permiten reflexionar sobre el papel que juegan en nuestra vida y cómo los enfrentamos. La reciente actividad del Popocatépetl nos recuerda que, aunque a menudo lo vemos como escenario de fondo, al mirar hacia la dirección adecuada, son formaciones geológicas que nunca podremos dominar.
En este sentido, el documental Fire Mountains of the West: The Cascade and Mono Lake Volcanoes (2005), del geólogo Stephen L. Harris, ofrece una valiosa visión educativa de la cadena de volcanes de la costa oeste de América del Norte, detallando las características de cada uno y su historia eruptiva.
En la ficción, la novela Under the Volcano (1947), de Malcolm Lowry, aunque no centrada en una erupción, utiliza el simbolismo del volcán como una constante amenaza y presencia en la vida del protagonista, un cónsul británico que vive en México, país muy familiarizado con la actividad volcánica.
Este título es diferente de las demás obras mencionadas, ya que es una representación literaria del volcán más que un recuento científico o histórico. Pero su contenido se vincula de manera indisoluble con el volcán Popocatépetl, que se cierne constantemente en el fondo.
La trama se desarrolla en Cuernavaca, con Don Goyo como telón de fondo y personaje en sí mismo. El protagonista, Geoffrey Firmin, es un cónsul británico cuyo autodestructivo alcoholismo y desesperación personal se entrelazan con las vibrantes y a veces desgarradoras representaciones del entorno mexicano.
La mitología
Los volcanes no solo han sido objeto de exploración en la literatura moderna, sino que también han inspirado a los autores clásicos. En la obra La Eneida, del poeta romano Virgilio, el protagonista Eneas se enfrenta a las fuerzas del volcán Etna durante su viaje épico. La descripción de Virgilio del volcán en erupción y su utilización como metáfora del caos y la destrucción aún resuena en los lectores contemporáneos.
Y, por supuesto, la mitología ha jugado un papel importante en la construcción de nuestras percepciones y miedos acerca de los volcanes. En la mitología griega, por ejemplo, se decía que el monte Etna era el taller del dios del fuego Hefesto, y en la cultura hawaiana, la diosa del volcán Pele es una figura central con historias que destacan tanto la creación como la destrucción.
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