Bernardo Anzures logró salvar la vida de su mascota Paloma, una perrita blanca con manchas cafés, esto luego de que varios veterinarios le recomendaron dormirla por un tumor que tenía.
"Ella es muy fuerte. Muy, muy fuerte", dice Bernardo Anzures y agrega: "Los veterinarios ya me habían dicho que era preferible dormirla a tenerla con vida, porque ya no tenía salvación".
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Paloma es una perrita de dos años de edad que sobrevivió a dos de las más crueles enfermedades que sufren los perros sin hogar: el parvovirus (que explica el temblor permanente de su cuerpo, porque es una secuela) y el tumor venéreo transmisible (TVT), un cáncer que sólo puede curarse con un tratamiento costoso a base de quimioterapias.
"Ellos lo decían así de fácil, pero mi forma de pensar y sentir no es así. Yo prefería tratar de darle el mayor tiempo de vida, para que estuviera en este mundo un poquito más. Era una cachorrita entonces", recuerda Bernardo Anzures.
El milagro
Hubo un momento decisivo para ambos: el día en que Violeta Rivera, presidenta de la asociación civil Amigos de los Perros Morelos, pasó por la calle y vio a la perrita postrada en el suelo. Se acercó, la acarició y pidió permiso para tomarle unas fotos.
"Se las mandó a un veterinario, quien le dijo que sí tenía esperanza. Así que gracias a Dios y a ella, Paloma está viva", dice Bernardo Anzures.
Con la ayuda de los veterinarios que colaboran con la asociación civil, la recuperación de La Güera fue rápida y hoy el tumor está a nada de desaparecer por completo. Con una sesión más, la batalla estará ganada.
"Si uno se fija, uno aprende muchas cosas de ella. Yo luego digo que no es posible que uno, con un dolorcito, se anda quejando, que duele esto, que ya no quiere uno continuar, pero los perritos le dan a uno lecciones que, si las sabemos mirar, podemos aprender mucho. Y mira, es la perrita más feliz que he visto".
Cuando él cruza la calle, Paloma va detrás moviendo la cola. Cuando van al jagüey, corre como si no hubiera un mañana y se zambulle en el agua.
"Creo que su felicidad es enorme. Y la mía también, porque sé que lo que hice no fue en vano. Que valió la pena".
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