Los vampiros no solo existen en las películas, pues una enfermedad llamada Porfiria podría “convertirte” en uno de ellos. Aunque esta patología no te hará revivir de la muerte para beber sangre humana, tiene todos síntomas que estos seres sufrían.
Porfiria es una enfermedad que afecta la producción de las porfirinas, moléculas participantes en la formación de la hemoglobina. Esta patología pudo haber sido una inspiración para que los escritores crearan a los vampiros, pues todos sus síntomas explican cada una de las características de estos seres mitológicos.
El diagnóstico de la enfermedad Porfiria requiere de procedimientos complejos y análisis clínicos de sangre, heces u orina. Por ello, de acuerdo con la UNAM, los casos de la antigüedad no pudieron ser diagnosticados, tratados ni comprendidos.
¿Qué es Porfiria?, la enfermedad que te convierte en “vampiro”
Porfiria es una enfermedad ocasionada porque las moléculas participantes en la producción de la hemoglobina no se transportan correctamente mediante el oxígeno en la sangre, por lo que las porfirinas, a las que afecta, se acumulan excesivamente en la sangre, orina y heces.
Además de causar anemia, ocasionando un tono pálido en la piel, el desorden metabólico ocasiona que las porfirinas se depositen de forma anormal en los tejidos, "convirtiendo" a las personas en vampiros.
¿Por qué la Porfiria te "convierte" en vampiro?
Los síntomas de Porfiria pueden convertirte en vampiro. Esto debido a que al tener exceso de porfirinas en la piel oxidan los tejidos y causan lesiones como apoyas, irritación y quemaduras. Por ello, los enfermos con Porfiria tienden a utilizar ropa larga, que los protege de la luz solar, e incluso desarrollan un estilo de vida nocturno.
Además, las porfirinas tiñen los dientes de color rojo, aparentando tener sangre en la boca. Y solo en casos extremos es posible que las personas desarrollen pica, conducta caracterizada por ingerir sustancias no comestibles para compensar la deficiencia de hierro, tales como cabello, tierra o incluso sangre.
¿Cómo prevenirla?
La mayoría de las porfirias son enfermedades congénitas, es decir, la puedes adquirir desde el nacimiento tras una alteración de la genética. Sin embargo, puede adquirirse por factores que alteran el metabolismo como:
- Tabaquismo
- Uso de drogas
- Abuso de medicamentos
- Trastornos alimenticios, como la anorexia
- Estrés
- Desordenes hormonales asociados con la menstruación