El paisaje en Cuauhnáhuac cambió. A la altura de Tizoc, donde hasta hace poco un pequeño sembradío de maíz coloreaba el camellón, ahora sólo quedan plantas secas y dos espantapájaros "desempleados"; vestigios del esfuerzo de Moisés, el sembrador urbano.
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Lo que en su momento fue un campo verde en medio de la ciudad llegó a su fin, y el maíz que creció en esa franja de tierra entre Cuernavaca y Jiutepec ahora es apenas un recuerdo. Al ver las imagen del campo de Moisés en ruinas, uno se cuestiona: ¿qué pasará ahora?
La historia de Moisés llamó la atención a transeúntes y a otros tantos lectores, a través de las redes sociales, sin embargo, la conclusión es incierta.
¿Quién es Moisés?
Para comprender esta historia es preciso recordar cómo inició todo. Hace más de nueve meses, Moisés llegó a Cuernavaca desde Arcelia, Guerrero, con la esperanza de encontrar un trabajo estable.
Sin embargo, la falta de oportunidades lo llevó a vivir bajo del puente peatonal de Tizoc en condiciones muy precarias. No obstante, en un ejemplo de resiliencia, Moisés, en vez de rendirse y aceptar su condición de hombre en situación de calle, aprovechó la tierra del camellón para sembrar chiles y maíz.
Así fue como creció la milpa en medio de la ciudad, lo que, no sólo transformó el paisaje sino puso los reflectores sobre las personas que, como Moisés, viven en situación de calle.
Una historia de perseverancia
La historia de Moisés, que parece un verdadero drama de telenovela, deja sentimientos encontrados entre quienes la seguimos. Muchas personas reconocen su interés por mantener el área limpia, desazolvando coladeras, y cuidando el espacio que lo acogió. Pero, a pesar del apoyo moral y material en muchos casos, Moisés sigue en espera del respaldo formal de las autoridades.
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¿Qué será de Moisés?
La milpa de Moisés en Cuauhnáhuac llegó a su fin, pero él continúa, como tantos otros, con su lucha cotidiana por un mejor porvenir.
¿Será esta la última vez que Moisés siembra en ese camellón?, ¿Se tomará alguna acción para ayudarlo a mejorar sus condiciones de vida? Son preguntas aún sin respuesta.
La mayoría de quienes pasan por Cuauhnáhuac pueden ver a Moisés y lo que fue su sembradío en el camellón, sólo las autoridades parece que no.
Ahora, los espantapájaros acomodados hacia el bulevar, listos para una imagen hacia los automovilistas, son los únicos compañeros del anhelo de Moisés por una mejor situación.