La escuela secundaria particular para varones "Jaime Luciano Balmes" funcionó en Cuautla entre los años 1955 y 1962.
Su corta vida de apenas 7 años de existencia albergó a seis generaciones de egresados, aportando a la sociedad y al país a una gran cantidad de profesionistas, incluido un funcionario de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Aunque su matrícula no rebasaba los 100 alumnos por ciclo escolar, esta secundaria se distinguió por estar dirigida por un sacerdote, el padre Pedro Madera, quien al tener que dejar el plantel tras ser asignado a la iglesia de San Diego de Cuautla, el plantel terminó por cerrar sus puertas.
La escuela particular se ubicó en el número 17 de la calle de Virginia Hernández de la colonia Emiliano Zapata, en el edificio donde hoy se ubica, desde hace más de cuatro décadas, la escuela de enfermería de Cuautla.
Anécdotas de estudiantes
El ingeniero agrónomo Roberto Cedeño Sánchez, uno de los egresados de la Jaime L. Balmes, recuerda como si fuera ayer a su escuela.
“Funcionó por solo siete años, de 1955 a 1962, y estuvo dirigida por el padre Pedro Madera, quien luego se tuvo que retirar porque recibió el convento de San Diego, por lo que ya no pudo continuar al frente de la escuela”.
Explicó que el Padre era quien se hacía cargo de la dirección técnica, académica y espiritual del platel, por lo que, al ya no continuar con la responsabilidad, la escuela cerró sus puertas.
“Me tocó terminar los tres años, fui de esa última generación que surgió de la Balmes, de 1960 a 1962, fue una historia muy breve, la de nuestra escuela, pero muy significativa para la ciudad y sobre todo para los que cursamos en esa casa de estudios."
“Muchos que entraron en el 61, solo estudiaron dos años, otros solo uno, por lo que algunos se fueron a otras escuelas particulares que había para terminar la secundaria, como La Paz o la Teresa Martín”.
Las diversas generaciones que llegaron a surgir de este plantel del Cuautla de mediados de siglo pasado se reúnen dos veces por año para recordar sus anécdotas en aquellos años de estudio cuando aprendieron la base de su educación en el nivel básico.
“Nos reunimos para recodar esos momentos vividos, desde hace dos años lo venimos haciendo durante el último viernes de marzo, y en septiembre, el día 30, así lo hemos acordado, no importando el día que caiga porque es el día festivo de Cuautla; somos una comunidad agradecida por lo que aprendimos en la Balmes y todos los que egresamos así lo hacemos”, comentó.
“Encabezada por un sacerdote, la escuela era de corte religiosa; recibíamos una vez a la semana una clase sobre moral y ética, lo que nos dio una base muy importante para el desarrollo de nuestra vida, además del resto de las materias que tenían todas las secundarias, incluida la de educación física que, para tomarla, como la escuela era muy chica, lo hacíamos en un terreno donde ahora se encuentra el mercado Hermenegildo Galeana o mejor conocido como el Mercado Nuevo”, recuerda Héctor Soriano Arzac, doctor ortopedista y traumatólogo, egresado de la Universidad Autónoma de Puebla, hoy BUAP.
Otro de los egresados del plantel fue Luis Montaño Torres, sobrino del profesor Otilio Edmundo Montaño Sánchez, quien fue uno de los pilares de la lucha de la Revolución Mexicana al lado del general Emiliano Zapata Salazar.
Incluso su mamá doña Eulogia Torres fue descendiente de otro personaje revolucionario, Zacarías Torres.
En su casa don Luis reunió este año a los egresados de la Jaime L. Balmes al ser el anfitrión de la reunión con una comida.
“Mi papá Luis Montaño Sánchez fue hermano de Otilio Montaño, mi tío directo; es algo muy especial para toda la familia por la trascendencia que tuvo mi tío en aquella etapa de la vida del país, y si, también estudié en la Balmes saliendo de mi casa en Ayala, antes Villa de Ayala, a Cuautla para estudiar en la escuela que funcionaba de 8 a 2 de la tarde.
Estamos muy a gusto de volvernos a ver después de tantos años, es algo muy agradable y también soy de la última generación que salió en el 62, una escuela donde el padre Madera era muy estricto al igual que las madres, y eso nos sirvió porque uno de chamaco sale al despapaye, sin embargo, nos formaron bien en esa escuela y es un orgullo haber estudiado ahí”, dijo el anfitrión de la reunión de generaciones.
Los exalumnos
Otros exalumnos de la escuela surgieron como grandes profesionistas que sirvieron al país a través de diversos cargos, algunos ya extintos, y otros retirados, como los casos de Tomás Flores Allende que fue procurador de justicia del estado; el general Benjamín Marín, escolta de guardias presidenciales; el cantante Roberto Zermeño, integrante del exitoso grupo cuautlense Los Soñadores; el agente del Ministerio Público y vocal ejecutivo del INE, Francisco Castillo Chaires.
El funcionario de la Organización de las Naciones Unidas, Alfredo Garcidueñas; Salvador Sánchez, exfuncionario del Ayuntamiento de Cuautla; José López, empresario; Emilio Cortés, que formó parte de las primeras generaciones; Jesús Franco, Miguel Vera, Roberto Rojas, empresario; Jorge Loyola, catedrático, al igual que Amado Figueroa; Arturo Ayestarán, José Alfaro, Emigdio López, que trabajo en aviación.
Alfredo Sánchez, administrador de empresas; Enrique Romano; Vicente Castillo, reportero y ex trabajador del IMSS; José Luis Camargo, Carlos y Agustín Robles, empresarios de los cines; Alfredo Valero, cantante; Aristeo Andrew, general del ejército mexicano en retiro; Benito Estrada, empresario; y Aaron Ramírez, catedrático, entre otros que se han reencontrado para revivir aquellos años de secundaria en la desaparecida escuela Jaime L. Balmes.