En la década de 1960 un lugar cobró revuelo en Cuernavaca: El Club de Aeromodelismo RC. Ahí las familias se reunían los fines de semana para pasar un rato agradable y ver los espectáculos en el aire que los pilotos más destacados de la época les regalaban con las impresionantes acrobacias que podían hacer controlando sus aeronaves desde tierra.
Asimismo, a un lado de este sitio estaba un hipódromo donde había espectaculares carreras de caballos. El cronista de la capital morelense, Mike Gómez, contó que este espacio nació en 1961 por idea de su padre Miguel Gómez Cevallos, quien llegó a la ciudad desde Jalisco para trabajar en Chevrolet, en la agencia de Boulevard Juárez.
“Al inicio estaba la pista de los caballos. Me acuerdo del famoso Francisco Maldonado y de los Tajonar, que corrían ahí los caballos de manera parejera. Había otra pista, que no era gran pista, pero había otra parejera de caballos donde está el terreno que hoy ocupa un kínder frente al Mercado de la Selva”, relató.
La década de 1960 fue el inicio de un sueño en el cual Mike fue partícipe activo desde niño, y que recibió a cientos de familias morelenses, pero también de otros lados del país e incluso del extranjero, pues fue uno de los primeros clubes que se constituyeron a nivel nacional.
Mencionó que incluso al ser tan bueno para pilotear las aeronaves fue maestro del cantante Enrique Guzmán. El lugar era un enorme terreno que ocupaba varias hectáreas y donde las familias podían entrar sin ningún costo para realizar actividades al aire libre, como días de campo, jugar fútbol u otros deportes. La idea era pasar un rato agradable.
Carlos Demesa era vecino de este singular lugar que atrapó a muchas personas, entre ellos él, ya que en su infancia fue fiel visitante de este maravilloso club.
Recordó que el espacio abarcaba varios metros desde lo que hoy es la base de la unidad de transporte público Interescolar y la avenida Teopanzolco hasta la calle Nueva China.
“Ahí se ponían prácticamente todos los fines de semana, iban muchas personas a volar avioncitos”, contó Carlos a El Sol de Cuernavaca. Pero, además como el ingreso a la pista era completamente gratis y con un buen campo de terreno, muchos aprovechaban para realizar otro tipo de actividades como volar papalotes y practicar futbol o basquetbol.
“Independientemente de eso, ahí se agarraba como cancha, pues hacían retas de futbol o de voleibol, se volaban papalotes, etcétera”, agregó.
Era al final del día cuando las personas utilizaban este espacio para hacer este tipo de actividades fuera de lo que se estableció para la pista en sí, que era volar los aviones de control remoto.
De las mayores anécdotas que recuerda Demesa, es la de los aviones que no lograban despegar y se iban a estrellar contra pinos o bardas circundantes, pues había ocasiones en que solo se debía asomar por la ventana para ver a los aviones a escala caer. “Al final de la pista había muchos pinos enfrente de la SEP, ahí se estampaban muchos de los que no podían despegar”.
Nuevos rumbos
Mike contó que tras más de 20 años establecidos en Lomas de Cortés y debido al rápido crecimiento de la mancha urbana en la zona, se volvió difícil volar los aviones, así que decidieron cambiarse a la colonia Vista Hermosa.
“Se comienza a urbanizar demasiado, estaba El Colegio Morelos, las casas, los edificios del Infonavit”. Agregó que también hubo otro acontecimiento que marcó el cambio de sede, pues cierta ocasión uno de los pilotos estrelló su avioneta contra la casa de un alto funcionario de la extinta Procuraduría General de Justicia de Morelos.
Sin embargo, el cambio fue muy significativo porque tras el acontecimiento muchos pilotos que se presentaban en Lomas de Cortés decidieron ya no ir a la pista en su nueva sede.
“Unos se fueron a Puebla, otros a Totolapan, unos más a la pista que estaba en Parres junto a la carretera México–Cuernavaca”, mencionó.
Mike recuerda que los mejores años de este lugar se vivieron en la colonia Lomas de Cortés, donde él y su padre fueron campeones y se recibió a pilotos nacionales e internacionales.
“Lomas de Cortés incluso fue conocida a nivel internacional, de ahí salió mi papá campeón y muchos otros pilotos. Lomas de Cortés fue famosísimo, cada domingo era una exhibición aérea”, expresó.
Pero la sede Vista Hermosa no fue la última que tuvo el club, pues 10 años después se mudaron a los campos de futbol de la colonia Antonio Barona.
La causa fue la misma, los alcanzó la urbanización de Cuernavaca que crecía a paso desmedido, lo que los obligó a irse. Dijo que pidieron permiso en ese entonces a los ejidatarios de Ocotepec para volar sus aeronaves los domingos después de los partidos, e incluso llegaban muy temprano antes de que iniciaran los encuentros deportivos.
Poco a poco el icónico lugar se fue perdiendo y uno de los atractivos más impresionantes de Cuernavaca llegó a su fin. Hoy el espacio que ocupaba en Lomas de Cortés es un kínder y a su alrededor se han construido casas y demás, mientras que el espacio que ocupaba en Vista Hermosa hoy alberga una plaza comercial.
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