Meggi Salgado, empresaria restaurantera y activista social de la asociación civil Mi Ciudad, hizo un llamado a todos los morelenses a unir esfuerzos al margen de ideologías, filias y fobias para encontrar un punto de encuentro y enfrentar de la mejor manera la crisis sanitaria y económica que estamos padeciendo, con una visión colectiva, sumando talentos de investigadores, hombres y mujeres, sin que el Gobierno censure, estigmatice o señale a quienes ven más allá de su zona de confort.
La empresario expuso que si no se tiene la humildad para hacer a un lado las diferencias y buscar las coincidencias, "esta situación nos va a tener en unos días de rodillas si seguimos trabajando por separado y sin una estrategia fija".
Insistió en que es muy importante revisar lo que está pasando en el país pero también pensar de manera global, porque tener una visión global nos va a permitir entender hacia dónde está yendo esta situación, esta crisis de salud, sobre todo cómo la están enfrentando y resolviendo en otros lugares para comprender que nosotros, al no tener una estrategia clara de salud, de economía y social, estamos en una absoluta desventaja.
Hizo un llamado al Gobierno del estado para pedirle "incluir en las mesas de trabajo a mujeres, las mujeres representamos casi la mitad de la fuerza laboral en el estado y en el país, pero también somos generadoras de una parte importante del Producto Interno Bruto, lo que quiere decir que somos generadoras de una parte importante del empleo".
Insistió en que se necesita armar estrategias que permitan en el tema de salud y economía saber cuáles son los avances, qué se está haciendo en otras partes del país, del mundo, entre otras cosas.
Por otro lado, expuso se tiene que atender el tema social e insistió a los ciudadanos en general a "sacudirnos los colores, las ideologías, las filias y las fobias, todo los que nos pueda desunir, para buscar el punto de encuentro, porque este es un tema de sobrevivencia".
Por último, insistió al Gobierno señalando que este tema no es un tema ni personal, ni de ataque, es un llamado de impotencia y angustia por ver lo que está pasando en el mundo y una necesidad urgente de que se implemente algo en el estado.