Más de 1 millón son pobres en Morelos

En la última década creció dos por ciento el índice de marginación, ya viven en pobreza extrema casi 150 mil

El Sol de Cuernavaca

  · lunes 26 de agosto de 2019

Los resultados para Morelos señalan un repunte de la pobreza en los últimos años / Fotos: Haidee Galicia

De acuerdo con el Comité Técnico de la Comisión Estatal de Evaluación es urgente implementar acciones para hacer frente al crecimiento de la pobreza en Morelos.

El pasado 5 de agosto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hizo públicos los resultados de la medición de la pobreza 2018 realizada por dicha instancia a partir de la información recolectada por el INEGI a través de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). En dicha medición, y en una tendencia contraria a la observada para el país, el porcentaje de la población de Morelos que vive en condiciones de pobreza se incrementó de 48.8% a 50.8% entre 2008 y 2018, lo que representó que para el 2018 más de un millón de morelenses se encontraban en pobreza, y de estas personas, 147 mil en pobreza extrema, es decir, 7.4% de todas las personas en el estado.

Los resultados para Morelos señalan un repunte de la pobreza en los últimos años, ya que tanto el porcentaje de la población en pobreza como el porcentaje de la población en pobreza extrema son mayores en 2018 comparado con 2016. De hecho, el porcentaje de la población en pobreza en 2018 en Morelos era 12% mayor que el porcentaje registrado en 2012, y en cuanto a la población en pobreza extrema hubo un 17% de incremento entre 2012 y 2018.

Referente a las carencias sociales que integran la medición de pobreza en conjunto con el ingreso de los hogares se observó una reducción en el porcentaje de la población del estado que las presenta entre 2008 y 2018, para el último bienio de la medición (2016 a 2018) se observó un repunte para todas. Por su parte, el porcentaje de la población que vive con un ingreso menor a la línea de bienestar se incrementó de un 52.0% en 2008 a 56.6% en 2018.

Estas mediciones, y en general los procesos de evaluación, son importantes como insumos para el diseño o reorientación de políticas públicas que verdaderamente sirvan para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que atienden. En conjunto, este panorama llama a una respuesta inmediata del Gobierno del estado orientada a mejorar las condiciones de vida de la población del estado, en particular entre las personas con mayores carencias y menores ingresos.

Abatir la desigualdad social debe constituirse en un objetivo explícito de política de la actual administración para buscar revertir esta situación. Como parte de los elementos a considerar para fortalecer la incidencia de la política social, se cuenta con el conjunto de evaluaciones coordinadas por la Coeval y el análisis sobre la política social realizado por el Comité Técnico. En dicho documento de evaluaciones y análisis se enfatizó que cuando se trata de cerrar brechas, conviene focalizar a la población beneficiaria con base en buenos diagnósticos. Es recomendable que esto se combine con programas que de manera general impulsen el empleo, mejoren la salud y la educación. Los objetivos, los procesos y los resultados de los programas deben reflejar los valores que orientan la política, en especial la justicia distributiva y la equidad.

Carencias, madres solteras, enfermedades, y falta de oportunidades

Ante las carencias que padecen y la falta de oportunidades, familias de Patios de la Estación de Cuernavaca buscan subsistir, escudriñan entre la basura para encontrar botellas, latas y cualquier material que puedan vender para conseguir unos cuantos pesos para poder comer.

Los Patios de la Estación, es una de las colonias de la capital del estado, donde la mayoría de las familias viven en condiciones de pobreza y donde cada día deben buscar la forma para generar ingresos y poder subsistir.

María Morales Salgado, tiene por hogar un pequeño cuarto, no cuenta con un empleo fijo, y para poder sobrevivir se ve en la necesidad de recolectar botellas, latas y fierro, los cuales vende para generar un ingreso. También se dedica a planchar y lavar, para así poder mantener a sus hijas y a sus nietos.

Una de sus hijas sufre del corazón y su otra hija, actualmente está hospitalizada, por lo tanto se tiene que hacer cargo de ellas y sus nietos.

María Morales, explica que el dinero que gana no le alcanza, y es difícil, pero añade que es la vida que le tocó vivir.

Pese que tiene servicios de agua potable, energía eléctrica y alumbrado público, les falta la pavimentación de su calle, ya que en temporada de lluvias tiene que caminar entre el lodo.

Por su parte, su hija Estela Garibay vecina de Patios de la Estación, es madre soltera de 6 hijos, la menor cuenta con un problema de columna y no tiene los recursos para llevarla al médico en la Ciudad de México.

Debido a que Estela padece del corazón, fue despedida; trabajaba de empleada domestica, y ahora depende de su mamá.

Pidió que ojalá el Gobierno estatal o federal, la pudiera ayudar con despensas para poder alimentar a sus hijos y atender a su pequeña hija que necesita atención especializada, y que el Seguro Popular no cubre.

Juan Morales, tío de Estela Garibay, habita en la misma calle, hace 6 años recibió un impacto de bala en la cabeza, a raíz de esta situación fue abandonado por su esposa, y como no quedo físicamente bien, ahora se gana unos pesos para comer, juntando y tirando la basura de los vecinos.

Señaló que llega a juntar al día entre 15 y 50 pesos, dinero que ocupa para las comidas del día.

Pidió apoyo a las autoridades para que pueda ser atendido médicamente y con despensas para poder subsistir.

Sin oportunidades

Juan, vecino de Patios de la Estación, comentó que siempre ha vivido con carencias, pese que cuentan con servicios básicos, lo que no tiene es empleo, ya que por su edad fue despedido de su trabajo de guardia de seguridad privada.

Con más de 65 años, trabajaba en una empresa de seguridad privada, pero el primero de mayo fue despedido, porque rebasaba la edad, y desde sea fecha no ha encontrado empleo.

Para mantenerse en estos meses, ha utilizado su ahorro, y sus hijas lo apoyan con despensas y cuando pueden, con dinero; pero le preocupa cómo mantener a su esposa y su hijo que viven con él.

El sismo del 19 de septiembre del 2017 le tiró el techo de laminas del cuarto que ocupa para dormir, y a través de La Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) logró que le construyeran un pequeño cuatro.

Expresó que al igual de sus vecinos, todo los días es una lucha conseguir el recurso económico para solventar sus gastos de comida, porque no existen las condiciones para otros gastos.

Este caso de múltiples carencias, se repite en el resto de las familias de esta colonia.

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