Desde hace 20 años, la familia de Miriam Ortega Leguizamo se dedica a la venta de nieves en el crucero de Alpuyeca en el municipio de Xochitepec.
El arte de prepararlas lo aprendió hace 25 años su mamá, con ayuda de un amigo que en un principio la apoyo a desarrollar solo 4 sabores, pero ahora cuentan con más de 29.
El negocio se volvió familiar y entre el 2005 y 2010 vivieron su mayor apogeo, pero conforme pasan los años han ido a la baja, sin embargo, a pesar de la pandemia, lograron vender medianamente gracias a que, además, este es un negocio familiar.
“Pasaron unos tres o cuatro años de que abrió mi mamá y luego se dio una muy buena temporada, porque conforme han pasado los años ya se ha visto una menor afluencia”, explicó Miriam.
Ahora el lugar luce lleno sólo los fines de semana, pues de lunes a viernes las mesas están vacías y solo uno que otro turista pasa por una nieve.
“Yo creo que bajó hasta en un 60 por ciento la venta, no vendíamos más que para llevar y la gente quería sentarse, pero por lo mismo no se podía, porque estaba en el mero apogeo de la pandemia”.
Para preparar la nieve el proceso demora hasta una hora y media, desde que se prepara el sabor hasta que se cumple el proceso de congelado.
Pero quien es la encargada de darle el sabor tan peculiar a las nieves es la mamá de Miriam quien a lo lejos de la mesa de clientes se observaba apresurada haciendo también la comida y cuidando a los nietos.
“Estamos orgullosos porque Alpuyeca se considera un lugar de las nieves y nosotros nos dedicamos ya a algo tradicional”, comentó Miriam sonriendo amablemente aprovechando el espacio para invitar al público a tomar una refrescante nieve.
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