El gobierno estatal y federal han demostrado en los primeros tres años que el sector no es una prioridad para ellos, y un proyecto de desarrollo no forma parte de las políticas públicas.
Lo que queda por hacer, dijo, es que las familias en el campo y las organizaciones no cesen en insistir en que el sector agrícola debe ser una prioridad en las propuestas gubernamentales, porque de lo contrario seguirá el abandono y la disminución en lo que se produce y agravará la deficiencia alimentaria.
Si bien hubo ajustes en el Congreso local, federal y en ayuntamientos, para las organizaciones campesinas de poco o nada ha servido, especialmente porque el sector rural en el país y en el estado ha sido de los más perjudicados porque las autoridades se han mostrado incapaces para voltear en específico hacia el campo morelense.
Hoy “tenemos autoridades que no le apuestan al campo, la miseria de presupuesto que hay cada año disminuye, para este 2021 solamente tenemos 20 millones de pesos para la Sedagro y la verdad es que ante la incapacidad de nuestro gobierno del estado y sobre todo por la nula apuesta a este sector por parte del gobierno federal, no queda más que decirle a las mujeres y hombres del campo a seguir organizándonos y pelear derechos justos que nos permita reincorporar al campo al desarrollo nacional, ejemplo de ello, de las crisis que estamos viviendo es el maíz y el frijol”.
El secretario general en la entidad de la UNTA consideró preocupante que este gobierno de la república en lugar de apoyar al sector agrícola del país se ha dedicado a importar alimentos como el maíz y el frijol.
Julio Padilla aseveró que instrumentos impulsados en esta llamada 4T no garantizan al momento precios justos, ni siquiera en los básicos como carne, leche y huevo.