La peluquería “La Moderna”, con 63 años de funcionamiento en Cuernavaca, reabrió sus puertas en calle Lerdo de Tejada.
El propietario, Adolfo, comparte que él intentó acceder a un crédito gubernamental, pero por su edad le dijeron que no, por lo que optó por pedir un préstamo en otro lugar.
Sus clientes, dice, “llegaron como leones” pues a cuatro meses de distancia este tipo de establecimientos se mantuvo cerrado.
El negocio lo heredó de sus padres y continuará con sus hijos, añade.
Aunque no se tiene un número preciso de los establecimientos de este tipo, la Cámara Nacional de Comercio, Servicio y Turismo de Cuernavaca (Canaco Servytur) destaca que forman parte del 60 por ciento de los que se dedican al servicio en la capital del estado.
Don Adolfo dice que meses atrás intentó acceder a un crédito de los que ofreció el gobierno del estado, pero no le fue autorizado por la edad, aún cuando cumplía con todos los requisitos.
"Me dijeron que no pasaba porque tengo mas de 70 años de edad, metí mis papeles y cumplí con todo en materia fiscal y de solvecia, tuve que pedir prestado a un conocido porque de plano ya no tenía para pagar el sueldo de mis cinco empleados, pagar servicios, renta, el Seguro Social, tuve que cancelar los servicios de televisión por cable", platica mientras señala el televisor apagado.
Un día antes en su local se prepararon con la desinfección del lugar, tanto en pisos y paredes, sillas, muebles y demás herramientas, colocaron un tapete con líquido para desinfectar el calzado, así como otras medidas de higiene.
"Mi padre fue quien fundó la peluquería; él nos platicó que antes de casarse se ganó cinco mil pesos en la lotería y con eso puso el negocio, se casó, se fue de luna de miel, donó unas bancas a la Iglesia de Chamilpa porque somos de ahí, y que hasta le quedó dinero", explica a detalle mientras sonríe.
Hace 55 años se instalaron en la calle Lerdo de Tejada casi esquina con Matamoros y hace 8 se trasladaron metros arriba "yo le empecé a ayudar a mi papá lustrando el calzado de sus clientes, luego me fui a estudiar Arquitectura pero como no nos alcanza el dinero me tuve que salir y ya después le ayudé a mi papá que murió ya hace mas de 30 años", recuerda.
Dos de sus hijos se han integrado al negocio hace pocos meses "uno de ellos tuvo incapacidad en su trabajo y vino a ayudarme", por lo que espera el negocio pueda continuar a través de su familia.
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