La zafra 2017-2018 terminó en la zona de abasto del ingenio Emiliano Zapata, en Zacatepec, la cosecha generó un millón 80 mil toneladas de caña de azúcar, lo que alcanza 140 kilos de azúcar por tonelada de caña de KARBE (Kilogramo de Azúcar Recuperable Base Estándar), informó el dirigente cañero, Pedro Ocampo Álvarez de la Asociación Local de Productores de Caña (ALPC) de la Confederación Nacional de Productores de Caña (CNPR).
Por su parte, el trabajador y fotógrafo Noé Zapoteco Sideño señaló que para los productores y trabajadores del corte de caña empezaron a celebrar el fin de la zafra desde la tarde del domingo en el campo.
Explicó que al concluir la cosecha en cada frente de corte arreglan el camión con globos, flores y listones de papel, y es que este primer día ya no salen al campo, comparten los alimentos que invitan los capitanes y se preparan para regresar a sus lugares de origen.
Al respecto, Pedro Ocampo confirmó que se terminó la cosecha en el campo, alrededor de las 21:23 entro el último camión de caña, por lo que de manera operativa la zafra 17-18 terminó el domingo por la noche con la entrega para molienda un millón 80 mil toneladas de caña.
Adelantó que se alcanzó un KARBE de 140.013, muy similar al de la zafra pasada que cerró en 140.1, por lo que este año se tendrá muy buen pago para los productores de caña; "aunque el precio de la azúcar en el mercado ha ido bajando, confiamos en poder sostener el precio", agregó.
No obstante, reconoció la quema de caña siniestrada fue un duro golpe, ya que fueron más de 200 mil toneladas de caña, en torno al problema que representa para la organización cañera el desplazamiento la mano de obra y maquinaria, y por lo mismo el señalamiento que se hace al respecto en el cual se pretenda acusar que la CNPR manda quemar los campos.
“Es una mentira, nosotros no tenemos ni ganamos absolutamente nada, todo lo contrario, las cañas siniestradas son un tema que nos afecta a todos”, explicó.
Ocampo Álvarez aclaró que pese a todos esos imponderables, no quedó caña sin cosechar, salvo las cañas que debido a la humedad del suelo no fue posible cosechar y se tendrá que pagar. Sumando más de 100 horas de tiempo perdido imputables al campo.
Sin embargo, puntualizó que los días que se perdieron por las lluvias no son responsabilidad ni de la empresa ni de los productores, ya que contra los fenómenos naturales no se puede hacer nada.