Fernando Hernández Lezama, presidente del grupo de promotores de eventos sociales señaló que los más de tres meses que llevan sin trabajar a causa de la pandemia ha generado una severa crisis para quienes dependen del sector, pues no sólo propietarios de salones y jardines de eventos se han visto afectados, si no también meseros, quienes rentan mesas, sillas o toldos, decoradores, restauranteros o quienes preparan comida, jardineros, personal de limpieza, cuidadores de carros, entre muchos otros.
Refirió que en Cuautla hay al menos 30 salones de fiestas de los cuales de cada uno dependen entre 10 y 15 trabajadores.
“Hay muchos compañeros que están pensando en cerrar, pues todo ha sido muy difícil, pese a que no abrimos debemos de seguir pagando nuestros servicios y dándole mantenimiento a nuestros jardines y eso es un proceso muy caro”.
A decir del entrevistado, el mantenimiento a los salones de fiesta varía en costo, pero en promedio un jardín de dos mil metros cuadrados y el cual tenga planta “sencilla de cuidar “se invierte entre dos mil y tres mil pesos.
“Esto no es como un restaurante que hoy abre y hoy tiene clientes. Nosotros tenemos que estar abiertos para poder tener clientes en un futuro: Las bodas o 15 años se preparan desde meses atrás y si la gente nos ve cerrados simplemente no nos tomará en cuenta”.
Hernández Lezama pidió a las autoridades ser tomados en cuenta, se sienten ignorados a pesar de la importancia social y laboral que representa.