“Hablar de José José es hablar de una institución de la música romántica con un gran legado musical. Tengo muchas anécdotas buenas y positivas con él porque había un afecto y una gran amistad entre nosotros. Como cuernavacense viviendo en Las Vegas, su amistad fue un regalo preciado que Dios me dio”, expresó Pablo Antonio Castro Zavala, presidente del Paseo de las Estrellas y la Asociación Internacional de Prensa, Radio y Televisión en Las Vegas.
La noticia de la muerte de José José “El Príncipe de la canción” conmocionó al mundo del espectáculo y al público en general, pues el legado musical de este reconocido cantante mexicano ha marcado a diversas generaciones a nivel internacional.
En entrevista exclusiva, Pablo Antonio Castro Zavala, nos habló sobre su sentir al enterarse de la noticia, además de compartir algunos recuerdos muy importantes de su gran amistad con el príncipe.
“Con José José tuve un vínculo muy estrecho por más de 25 años de amistad, éramos como hermanos y compadres. Él me visitaba en Cuernavaca o en Las Vegas, me hacía sentir especial, porque sabía que pocas personas podían comunicarse con él y yo tuve ese gran regalo, le hablaba por teléfono o él a mí”, expresó.
Pablo Castro menciona que se enteró de la triste noticia a través de una llamada de alguien cercano a la familia, tan sólo 15 minutos después de la muerte de José José.
“Es muy triste pero quedan muy buenos recuerdos con él, porque lo más importante es la amistad que nos unió siempre. Hace 10 años, José José tuvo un gran detalle conmigo, me regaló un smoking muy elegante y bonito color negro de lana virgen con toda su esencia; él quería que lo tuviera como un grato recuerdo sobre él y lo conservo con mucho cariño y afecto. Y me lo quiero poner como un homenaje para él y portarlo con orgullo y honor”, comentó
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Cabe destacar que en un periodo de 20 años, Pablo Castro tuvo el privilegio de rendirle diversos homenajes por su gran trayectoria artística y legado musical como la Presea Máximo Orgullo Hispano, el Galardón diamante, su estrella en Las Vegas y reconocimientos especiales. Fueron nueve en la Capital Mundial del Entretenimiento, Las Vegas, Nevada y uno en Cuernavaca, Morelos con la entrega de su Estrella en el Zócalo de la ciudad.
“Recuerdo que a días de recibir su estrella en Las Vegas, su esposa sufrió un derrame cerebral en Acapulco, y con ese hecho, para mí era lógico que no iba a asistir al homenaje. Los medios me hablaban para preguntarme si todo seguía en pie para la ceremonia, y les dije que mientras él no cancelara, todo seguía igual. Un día antes, él me llamó y dijo ‘Pablito, hermano querido mañana estoy contigo en Las Vegas para recibir mi estrella’, y me tomó por gran sorpresa, pero su profesionalismo y responsabilidad que siempre lo caracterizó no le permitió fallar sobre todo a su público, incluso estuvo ahí más de ocho horas firmando autógrafos y tomándose fotos con su gente”, dijo.
José José en Cuernavaca
En 2015, se realizó un importante homenaje al Príncipe de la canción en la Ciudad de la Eterna Primavera para develar su Estrella, el evento se efectuó en la Plaza de Armas donde se dieron cita casi 5 mil personas.
“En aquella ocasión, estaba muy contento por regresar a Cuernavaca casi cuatro décadas después. Llegó mucha gente de todas las edades, que querían abrazarlo y tomarse fotos con él, porque su gran don siempre fue la sencillez con su público”, comentó.
Con gran emotividad, Pablo recuerda que en ese momento, José José estuvo varios días en su casa, donde mostró su gran amor por la gastronomía morelense.
“Es un bello recuerdo cuando me visitó en Cuernavaca. Aquella vez, le pregunté qué quería comer, si algo que nos preparara mi hermana o ir a un restaurante; y me contestó que quería tacos de cecina con mi hermana Tere y se comió como siete u ocho. También lo llevé a recorrer la colonia El Empleado, y la gente lo veía y no podía creer que era José José caminando por ahí, pero se acercaban a saludarlo con gran emoción”, recordó.
Finalmente, Pablo Castro comentó que habló con José José por última vez en julio de este año a través de una llamada telefónica, donde ambos recordaron cuando vino a Cuernavaca y sus ganas que tenía de regresar.
“Me dijo que tiene ganas de comer esos tacos de cecina en Cuernavaca como la vez pasada. Hablé con él para decirle que le echara muchas ganas y me dijo que a finales de año lo daban de alta, y que saliendo del hospital quería que lo trajera de nuevo a Cuernavaca y se mostró muy agradecido por los reconocimientos y homenajes que le habíamos hecho. Me quedo con un grato recuerdo de él y con grandes aprendizajes”, finalizó.