Inspirado en películas como Constantine, La profecía, y El exorcista, el director Nathan Frankowski presenta en México, “un país con tantos elementos religiosos”, La conspiración del diablo, filme que aborda el mito del Anticristo.
Para el realizador, la fascinación que provoca este tipo de historias, en las que el bien y el mal se confrontan, se debe a un cuestionamiento incluso filosófico. “Creo que buscamos la respuesta de si es una fuerza externa o es una función de nuestra evolución lo que hace que la maldad exista entre nosotros”, apunta en entrevista.
“Nacemos con las dos posibilidades de hacer el bien o el mal y cada uno de nosotros lo sabemos. Es algo que constantemente nos preocupa, incluso si tú no eres una persona religiosa puedes percibir esos sentimientos colisionando en tus adentros. Creo que esta película representa eso en su más grande forma, con sus demonios y ángeles”, comenta el director.
Mezcla de acción, fantasía, horror, thriller y ciencia ficción, la película narra cómo una poderosa empresa de biotecnología que se dedica a clonar a varios de los personajes más importantes de la historia para venderlos, acoge a una secta que busca “revivir” a Cristo a través de su ADN, robando el Santo Sudario de Turín. Durante el robo, el Arcángel Miguel, quien ha mantenido a raya a Satanás durante milenios, toma posesión de un sacerdote asesinado para intentar, junto a una estudiante de arte, salvar a la humanidad.
El cineasta cuenta que como hombre de fe, desde niño vivió en su imaginación esas “cosas espeluznantes” que se llegan a contar en textos sagrados, pero al mismo tiempo siempre ha tenido presente la importancia de la ciencia como parte de la vida del ser humano. “Yo no creo que sean conceptos distintos, sino que los dos existen al mismo tiempo. Aunque puedan contraponerse, la ciencia tiene su rol y la fe tiene el suyo”, apunta.
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Aunque acostumbrado a hacer películas con una base “más real”, por lo que tuvo dudas sobre el modo en el que podría tratar el guion de esta historia, Nathan Frankowski menciona que la realización de la película fue algo así como “llevar un sueño de la infancia a la realidad”.
“Siempre he admirado este tipo de géneros y me encanta la acción, pero me temía que no fuera lo suficientemente capaz de llevarlo a cabo, porque era algo que no había hecho antes. Pero ha sido muy divertido, usamos prostéticos, a mí no me gusta usar demasiados efectos de computadora, así que todos los personajes son reales, los actores podían tocarlos y oler su aliento”, finaliza el director.