Cada mes, alrededor de 20 pacientes que se someten a cirugías plásticas en establecimientos no regulados resultan con afectaciones en su salud, señalan integrantes del Colegio de Cirujanos Plásticos, quienes han registrado dos muertes en los últimos años.
De 100 víctimas, solo uno o dos presentan denuncias penales debido a lo costoso del proceso, "tan solo el peritaje cuesta 50 mil pesos, si una persona que paga con tarjeta de crédito unos 12 mil pesos por la cirugía no va a tener para pagar esa cantidad".
Además, las víctimas suelen ser amenazadas por los médicos que las atendieron, "les dicen a mi no me harán nada", así como "la paciente que queda mal en una cirugía plástica cae en una profunda depresión que poco ánimo tienen para denunciar y es una decisión personal demandar, no podemos hacer nosotros nada sin que la paciente no quiera".
En el estado operan 13 cirujanos plásticos, que incluso son contratados para reparar cirugías mal realizadas por clínicas o establecimientos que no están debidamente regulados.
Hay secuelas que dejan como, "que si la grasa es inyectada en un mal ángulo en el caso de la liposucción, ésta puede llegar a filtrarse y hasta perforar el abdomen; otras es una nalga necrosada, nalga con infección, la piel se quema por la falta de circulación, en el caso también de cirugías de nariz dejan secuelas".
Los costos por reconstrucción llegan a los 200 mil pesos, recurso que no todos tienen.
Debido a esto, en dos años el colegio ha registrado la muerte de dos personas: "una en 2018 atendida por una doctora que sigue operando y otra más hace no mucho tiempo".
Samper señaló que hace falta una mayor regulación tanto en la vigilancia por parte de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y también por parte de las legislaciones estatales y a nivel nacional.