Al menos 12% de los morelenses son ateos o agnósticos: obispo

El obispo lamentó que cada vez más personas le cierren las puestas a la fe, a creer en Dios; "están escuchando lo que quieren escuchar y no lo que es mejor", dijo

Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

  · domingo 7 de julio de 2024

El obispo Ramón Castro Castro, durante el sermón que ofreció en la homilía de este 7 de julio. / Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), el 12 por ciento de la población morelense se considera agnóstica o atea, cifra que va al alza, lamentó el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro.

"El 12 por ciento de dos millones es mucho, y cada vez va aumentando, una evidencia que le vamos cerrando las puertas a la fe, a creer en Dios, dadas las consecuencias del modo y del estilo que la sociedad está viviendo actualmente y dadas las características históricas y fenómenos ideológicos que estamos enfrentado, entre otros, el cambio de época".

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Durante la homilía dominical, el también secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dijo que actualmente se viven momentos de “muchas palabras, de mucha información y de muchos discursos de diferente índole, pero que no siempre procuran lo mejor para nosotros. Y esos discursos se fundamentan en una clara y sana visión de la realidad”.

Dijo que existen muchas personas que solo hablan para congratularse con los oyentes, quienes se muestran felices “porque están escuchando lo que quieren escuchar, no lo que es mejor”.

Como ejemplo citó el tema de la familia y de los valores, así como de las ideologías que se están metiendo en el corazón de muchas personas que se sienten felices y comprendidos.

El ser humano de hoy se cree poseedor de un gran conocimiento y somete al rigor de su inteligencia todo. El ser humano es limitado y se le olvida.

Recalcó que el uso de la libertad es fundamental para pensar en este momento, especialmente por el libre albedrío, destacando que Dios respeta la voluntad de los suyos, y no forzará a nadie a amarlo.