"Pésimo como político", así calificó el padre Alejandro Solalinde al escritor Javier Sicilia al aclarar que esta vez no saldrá a las calles con él.
Apenas este fin de semana Sicilia hacía pública una tercera carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador en donde adelantó que saldría, nuevamente, a las calles a fin de que sea escuchado el reclamo que los ciudadanos hacen al Estado (independientemente de quién lo encabece) por seguridad.
Voy a caminar para recordarnos y recordarte, Presidente, la imperiosa urgencia del ahora. Este no es momento para tomar el tranquilizante del gradualismo que nos pides. Nos están matando, desapareciendo, violentando de maneras cada vez peores. Es momento de cambiar la estrategia por una a la altura de la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que padecemos… Voy a caminar para pagar una deuda con Julián LeBarón que, con su dolor a cuestas, caminó por la justicia, la paz y el sufrimiento de todas las víctimas de la nación, una deuda que crece en el país
Sin embargo, su intención de dialogar con López Obrador no ha sido bien recibida por el Presidente quien la mañana de este lunes aclaró que no recibirá ni se entrevistará con él, y sólo abrió la posibilidad de que sea Alejandro Encinas, el subsecretario de Derechos Humanos quien lo haga.
…Porque así como él tiene el derecho de manifestarse y ser recibido así todos los ciudadanos; y yo tengo también muchas actividades, tengo que administrar mi tiempo…
Aclaró que respetará toda manifestación, pero que no caerá en un escenario mediático, y por supuesto no cambiará su estrategia de seguridad.
A lo expresado por el Presidente este lunes se suma la postura fijada por uno de los principales compañeros del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Alejandro Solalinde quien escribió en Twitter:
… Javier Sicilia, es mi amigo, excelente poeta, pero pésimo como político, lamentable que haya abandonado su Movimiento en momentos difíciles, lamentable también que se oponga al régimen que lucha por la paz, como fruto de la justicia. Esta vez ya no marcharé con él.
No obstante, al parecer Sicilia adivinaba ya este escenario puesto que finaliza su carta con esta reflexión:
Cada caminata, decía Thoreau, es una especie de cruzada que alguien predica en nuestro interior para que nos pongamos en marcha a rescatar la tierra de quienes la destruyen; es purificarse y purificar el camino; es negarse a aceptar que la patria se convierta en el rastro o el campo concentracionario al que el crimen, el miedo, la división, la sordera, las balas, el odio y la mentira quieren reducirla. Puedes recibirme o hacerme el vacío; puedes escucharme o descalificarme; puedes volver otra vez el rostro o darme el beso que nos hermana, puedo llegar solo o acompañado. No importa. Voy porque aprendí de Albert Camus que el poeta sólo se justifica a condición de que acepte, tanto como pueda, las tareas que constituyen la grandeza de su vocación: el servicio a la verdad, a la justicia, a la dignidad y a la libertad, y puesto que su tarea es mantener vivo el sentido no puede acostumbrarse a la mentira ni al sufrimiento. A pesar de mis flaquezas, la nobleza de mi oficio me obliga a caminar de nuevo para resistir y buscar otra vez, con quienes quieran, la verdad, la justicia y la paz que un día yo, tú y las víctimas acordamos, que olvidaste y que nos debes, nos debemos y te debes, Presidente.
El 28 de marzo de 2011 fue asesinado Juan Francisco Sicilia Ortega. Su cuerpo fue encontrado en Temixco, Morelos. Ese hecho detonó el descontento de miles de personas que vieron en ese caso el reflejo de sus propias tragedias personales.
Así fue como surgió el MPJD, movimiento que obligó al entonces presidente Felipe Calderón a sentarse en una mesa de diálogo en mayo de ese 2011.
Desde entonces el padre Alejandro Solalinde acompañó al escritor en sus manifestaciones y trabajos a favor de las víctimas.
Asimismo, fijó postura sobre las personas desaparecidas, e incluso -a petición de Javier Sicilia- estuvo en Morelos para apoyar al entonces rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera en la exigencia de esclarecer lo ocurrido con los cuerpos depositados de manera irregular por personal de la Fiscalía General del Estado en las fosas de Tetelcingo.