Quien desea caminar por las calles del Centro Histórico de Cuautla debe hacerlo con mucho cuidado, mirar a los lados una y otra vez, zigzaguear varias veces más y ladearse otras tantas: a pesar de ser considerado como una zona de monumentos históricos, algunas de sus calles principales, las mismas que acumulan siglos de historia, distan mucho de ser lugares agradables para transitar. ¿La razón? El comercio.
En Cuautla, el comercio siempre encuentra una forma para preservar su existencia. La necesidad que tienen las familias de llevar su sustento a casa, y el afán que tienen los comerciantes de vender cada vez o tan siquiera un poco, ha llevado a vendedores fijos y ambulantes a exhibir sus productos no sólo en las banquetas, sino en las mismas calles, dejando a los peatones sin otra opción para moverse que compartiendo tránsito con combis y motocicletas.
Operativos fallidos
Si algo ha caracterizado a las últimas administraciones municipales, sin importar el partido que haya llevado a sus alcaldes a la presidencia, es que los primeros días inician con la promesa de mejorar la imagen del Centro Histórico. Para lograr limpiar las calles, los alcaldes no han dudado en valerse de la fuerza pública, lo que en ocasiones ha causado encontrones entre policías y comerciantes ambulantes. Las cosas, sin embargo, no han cambiado en absoluto.
Los presidentes hacen operativos al principio y al final de su administración. Llegan, los quitan una semana, a lo mucho quince días, pero de nuevo se vuelven a poner
Al principio de la administración de Jesús Corona Damián, actual presidente de Cuautla, la Dirección de Industria y Comercio se planteó el objetivo de retirar a los vendedores ambulantes de las calles y reubicarlos en el Centro Comercial de la ciudad, un complejo que tiene decenas de locales vacíos. Además, pidió a los comerciantes fijos, local por local, despejar las banquetas para el libre paso de los peatones y limitarse a exhibir sus productos dentro de sus negocios.
Más de medio año después, los ambulantes siguen en las calles y los comerciantes fijos no sólo no han despejado las aceras, sino que han expandido sus ventas hacia la calle. Esta situación ocurre, principalmente, en las calles Villagrán, Padre Barrera y Abad Rivera, así como en el remanente de la carretera Tlayecac-Cuautla, y las calles Barragana y Vilchis.
Zona de monumentos, en riesgo
Firmado en 2012, el decreto que convirtió a Cuautla en Zona de Monumentos Históricos prohíbe la presencia de ambulantaje en el polígono en el que se encuentran los edificios históricos. Dado que las cosas no han cambiado en más de seis años, dicho decreto podría perder su validez.