La elección de ayudantes municipales en el pueblo de Amilcingo, en Temoac, se llevó a cabo ayer ante la presencia de observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHMor), quienes llegaron a la comunidad luego de que los pobladores refirieran la existencia de un "grupo de choque" que intentaría desestabilizar la jornada electoral próxima con sus miembros.
Previamente, los habitantes también habían solicitado la presencia de elementos policiacos que resguardaran la seguridad de la jornada, en una reunión en la que participó la Secretaría de Gobierno de Morelos y la Comisión Estatal de Seguridad Pública. Para los vecinos, los recientes acontecimientos que se han registrado en Amilcingo, como la muerte del activista Samir Flores Soberanes, ameritaban que sus elecciones contaran con el máximo nivel de vigilancia por parte de las autoridades, por lo que criticaron la ausencia de policías en la localidad.
Sin contendientes
La elección se llevó a cabo de acuerdo con los usos y costumbres del pueblo: el Ayuntamiento, encabezado por el alcalde Valentín Lavín Romero, convocó a los ciudadanos a una asamblea general en la que se llevaría a cabo la asamblea general comunitaria, "por medio del voto directo público alzando la mano", según se pudo leer en la convocatoria enviada por la autoridad municipal.
Con la participación de 825 ciudadanos, la asamblea transcurrió pacíficamente y, a diferencia de las elecciones de hace dos años, en esta ocasión los habitantes presentaron una sola propuesta para el grupo de ayudantes que estará en el cargo durante los tres años siguientes, sirviendo de enlace entre el Ayuntamiento y la comunidad.
Se trata de los ciudadanos Noemí Mitzi Castillo, Abel García Flores y Josué Franco Lavín, propuestos en el transcurso de la asamblea y aprobados como futuros ayudantes municipales en un ejercicio de "mano alzada".
¿Cómo se rige la ayudantía de Amilcingo?
Como ocurre con los pueblos que se rigen por autodeterminación, con sus propios usos y costumbres, la ayudantía de Amilcingo opera de forma distinta a otras ayudantías: las autoridades electas en la asamblea general no permanecen en el cargo durante tres años, sino sólo uno, teniendo que abandonar el puesto una vez concluido ese periodo para que una nueva persona lo asuma.
Por ello, las asambleas, que se realizan cada tres años, arrojan un equipo de ayudantes conformado por tres titulares y sus respectivos suplentes.
En Amilcingo, la elección se realiza por votación a mano alzada, pero ayer, a manera de respaldo, la jornada concluyó con un conteo exacto de las credenciales de los ciudadanos que aprobaron la elección de la propuesta única.
Al final de este proceso, el alcalde llegó al pueblo y reconoció el trabajo de los ciudadanos al organizar y efectuar la elección.