Arañas: cada vez que muchos escuchan esa palabra se les pone la piel de gallina. Son uno de los seres más raros, incomprendidos y potencialmente “peligrosos”. Y es que, en las películas de terror, estos animales representan el miedo en carne propia. Pero estamos exagerando mucho.
Lo cierto es que son pocas las arañas (únicamente dos géneros) que son de importancia médica para nosotros los humanos en México y por fortuna, son las menos. De esas hablaremos luego. Hoy, le dedicaremos este espacio a uno de los grupos de arañitas más diversos y que además son unos tiernos y auténticos peluchitos viviente: las arañas saltarinas. Salticidae es el nombre científico de este grupo y es que es su especialidad, saltan por todos lados, ¿las has visto?
Con bellos colores, un cuerpecito lleno de pelitos y un estilo excepcional en su peinado, las saltarinas tienen cuatro pares de ojitos y lo que nos produce ternura al verlas es que dos de ellos son enormes y nos miran atentas porque tienen una capacidad visual muy sobresaliente; con sus otros ojos, prácticamente tienen una visión 360º. Además, son excelentes bailarines y es una de las principales estrategias de los machos para conseguir pareja: levantan sus patas con elegancia, sacuden su cuerpo, se dan la vuelta y todo para conquistar a las hembras.
Se ha documentado que estas pequeñas pueden saltar distancias de hasta 16 cm de longitud, y eso es enorme tomando en cuenta que las especies más grandes miden hasta 3 cm. Al cazar son muy sigilosas y el salto es su factor sorpresa.
Como todo ser vivo, su importancia ecológica es fundamental ya que mantienen las poblaciones de otros arácnidos e insectos, su función es ser un control biológico. Es muy común encontrarlas, pero son prácticamente inofensivas para nosotros los humanos. No las lastimes, ya que además poseen características cognitivas de compresión de su entorno y saben ser buenas amigas si les das la oportunidad de curiosear por ahí.