Con exponentes de la cartonería que han sido reconocidos a nivel nacional, el municipio de Jantetelco busca crear artesanos entre las nuevas generaciones de habitantes, lo que ha llevado a sus autoridades a iniciar una serie de talleres en las comunidades que conforman esta localidad ubicada en la región Oriente del estado.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Jantetelco, el taller de cartonería "Construyendo mi alebrije" inició este 20 de enero y concluirá el 6 de marzo, con actividades que se desarrollarán en las comunidades de Amayuca, San Antonio, Tenango, Chalcatzingo y la propia cabecera municipal. Los talleres se llevarán a cabo en un horario de las 16:00 a las 18:00 horas.
Ya en 2019, las autoridades realizaron un primer taller que permitió a decenas de niños y jóvenes elaborar sus propios alebrijes en miniatura, gracias a las enseñanzas de los maestros artesanos del Colectivo Artístico La Bodega, entre ellos Mario Delgado Andrew, quien ese mismo año fue reconocido en la Ciudad de México durante la entrega de la Presea Pedro Linares, un premio que honra al hombre que trajo a la realidad estas criaturas fantásticas.
En los últimos años, la elaboración de los alebrijes en miniatura ha constituido una expresión más sobre la tradición que inició aquel artesano en la Ciudad de México, cuando, luego de tener alucinaciones a causa de una fuerte fiebre, se dedicó a tratar de representar en la vida real los seres que se habían aparecido en sus sueños.
Con versiones monumentales que constituyen meses de esfuerzo para los creadores, las versiones en miniatura son hechas, principalmente, por niños y personas que no tienen gran experiencia en la elaboración de estas figuras, en las que varias especies de animales, coloridas y extravagantes, pueden fundirse en una sola.
El origen
Los primeros alebrijes aparecieron en 1936 y rápidamente se convirtieron en criaturas que no sólo conquistaron a mexicanos y extranjeros, sino que su elaboración se convirtió en una larga tradición.
Después de ser concebidos por Lineares, la elaboración de alebrijes fue adoptada por artesanos del centro y sur de México, principalmente de los estados de Oaxaca y Morelos, donde se han consolidado talleres para que los habitantes aprendan a elaborarlos y hoy forman parte del imaginario cultural mexicano.