La señora Florencia Martínez esculpe piezas de barro y hace bordados, oficio que hace aproximadamente cinco años era suficiente para satisfacer sus necesidades al igual que las de su familia, sin embargo, conforme pasa el tiempo perciben desinterés en estos adornos y utensilios por parte de los consumidores, causándoles pérdidas económicas.
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"Nuestras piezas se quedan semanas y hasta meses, luego hay veces que vamos a las ferias y no vendemos nada y además tenemos que pagar el taxi hasta allá, más la comida".
Florencia es originaria de la comunidad de Cuentepec en el municipio de Temixco Morelos, y para asistir a ferias, espacios culturales y la Feria Artesanal en el Parque Ecológico Barranca de Chapultepec, su traslado le cuesta 200 pesos ya que no tiene auto propio y en transporte público sus piezas de barro podrían dañarse.
Asegura que las ventas ya eran malas incluso antes de la pandemia, pero fue la contingencia lo que terminó por afectar a los artesanos.
Laura Figueroa, es también artesana de esta comunidad y sostiene que la comercialización de artesanías perdió valor y no es remunerado de la manera que a ellos les gustaría. Para no retener más tiempo sus piezas, prefieren venderlas a precios económicos aunque la ganancia sea mínima.
"no hay espacios para nosotros, aquí es solo una vez al mes y sí no vendemos nada imagínense", manifestó Laura, ante la falta de espacios para que los artesanos de comunidades indígenas puedan vender sus productos.
Ambas llegaron al parque Ecológico Barranca de Chapultepec en el municipio de Cuernavaca, para formar parte de la Feria Artesanal que se realiza una vez al mes en este lugar. Al iniciar la jornada de exhibición, al menos 15 artesanos lucían solos.
A diferencia del Mercado Verde Morelos, el acceso al parque durante el día de los artesanos tiene un precio de 10 pesos por persona, mientras que durante las ediciones de Mercado Verde el acceso es gratis.
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