Así es trabajar en el calor extremo de la zona oriente

Un campesino y policía de tránsito hablan de las dificultades de trabajar bajo el calor extremo que predomina en esta temporada

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuautla

  · domingo 24 de abril de 2022

Entre los límites de Cuautla y Ayala, en la región de Puxtla, los cultivos se siembran con maíz, caña y varias legumbres, ahí Jesús soporta temperaturas extremas. / Gude Servín | El Sol de Cuautla

La única compañía de Jesús Salas son dos hurracas y la voz de Marco Antonio Solís que viene de la bocina que lleva colgando en alguna parte de la ropa. No se alcanza a ver dónde, pero se escucha. “Dijiste que pronto ibas a regresar”, canta El Buki y Jesús, de pie, suelta el peso de su cuerpo sobre la pala. Son las tres y media de la tarde y estamos a 34 grados centígrados. No hay nubes en el cielo.

“Hoy se siente más calor que antes. De unos tres años para acá se ha sentido más el sol y a los cultivos se les mete más trabajo: hay que abonarlos, fumigarlos; ahorita con las plagas, si no se fumiga, se pierde el cultivo”, cuenta Jesús.

Entre los límites de Cuautla y Ayala, en la región de Puxtla, los cultivos se siembran con maíz, caña y varias legumbres. Es una región eminentemente campesina, donde los hombres acostumbran salir de casa desde muy temprano para labrar la tierra durante todo el año. Este, sin embargo, ha sido más difícil.

“Llego a las siete de la mañana, y a las nueve el calor se empieza a sentir fuerte, pero ahorita en la tarde se siente peor todavía. Hay que tomar mucha agua; si no, se deshidrata uno. Agua fría, porque si tomas refresco igual te hace año, pero ahorita con pura agua hay que andar caminando para sacar el trabajo adelante”, dice Jesús.

A sus espaldas, dos hurracas se han posado sobre el cultivo, buscando entre la tierra algo que llevarse. No lo encontrarán: el trabajo de Jesús consiste en proteger bien las semillas, retirar la maleza y ajustar los surcos de agua de manera que todas reciban el líquido. ¿Le gusta hacerlo? No. Á él le hubiera gustado estudiar para dedicarse a otra cosa, pero vivió su infancia en condiciones precarias y solo encontró una oportunidad en el campo. Proveniente de Guerrero, llegó a Cuautla a los 13 años y no ha dejado de trabajar desde entonces.

“Sí quería estudiar, pero en ese entonces no había, y ni hay todavía, porque los trabajos que tenemos apenas nos alcanzan para medio comer: si no trabaja uno, no comemos”, dice, resignado, antes de renunciar a la conversación, levantar la pala y volver al trabajo.

Heriberto López, policía de tránsito de Cuautla cumple con su deber a pesar del calor extremo de la región. / Gude Servín | El Sol de Cuautla

El calor extremo

Durante esta temporada, los habitantes de Morelos han experimentado en carne propia las olas de calor extremo que asolan todo el país, con temperaturas de los 40 a los 45 grados centígrados. Este fenómeno es causado por un sistema de alta presión en niveles medios de la atmósfera, lo que resulta en días despejados, altas temperaturas, baja humedad y vientos escasos.

“Se ha sentido bastante, no hay ninguna nube, está el sol a plomo”, dice Heriberto López, policía de tránsito de Cuautla.

En este municipio, cerca de 50 elementos se distribuyen diariamente en las calles más transitadas para controlar el tráfico desde que el sol sale hasta que se oculta. Es un trabajo para el que se utiliza gorra y camisa de manga larga, y algunos de ellos agregan pañuelos y gafas oscuras.

“Es nuestro trabajo y nuestro deber, así que ya estamos acostumbrados, por eso nos protegemos con manga larga, un tocado para el sol, gafas y seguimos usando el cubrebocas”, dice Heriberto, quien además lleva una playera de algodón bajo la camisa.




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