Austero, pero celebrarán el Día de la Santa Cruz

Los trabajadores, base de toda construcción, tendrán una pequeña comida para honrar su labor como albañiles

Susana Paredes | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 2 de mayo de 2020

Los pobladores acostumbran llevar cruces para ser bendecidas por el sacerdote / Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

Cada 3 de mayo o con un día de anticipación –dependiendo el día que caiga la festividad en el calendario- los trabajadores de la construcción, arquitectos y diferentes colonias del Estado, como la 3 de mayo, festejan a lo grande este significativo momento en un nivel religioso como el Día de la Santa Cruz o mejor conocido como el Día del Albañil.

Entre cal, arena, varillas y alambres, los albañiles son agasajados reconociendo su gran labor en la construcción de viviendas y la dignificación del desarrollo urbano de las ciudades, siendo ellos el material humano más importante para tener un hogar, un lugar de trabajo o de esparcimiento. A pesar de los estigmas que existen para este sector de la población, lo único que desean es sacar adelante a su familia, haciendo lo que aman.

Hugo López Pérez se levanta desde las 6 de la mañana, tarda aproximadamente dos horas en llegar a su trabajo al norte de Cuernavaca, desempeñando una de las funciones más importantes, ser el maestro de obra, quien tiene la función de dirigir a los trabajadores y garantizar un buen trabajo. Señala que si bien antes del trabajo no tiene vida, regresando a su hogar -alrededor de las 20 horas- aprovecha para pasar un rato con sus 4 hijas.

Los patrones acostumbran hacerles fiesta a sus trabajadores,s in embargo, este año será algo muy pequeño debido a la pandemia / Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

Desde hace 22 años se dedica a la construcción, su camino ha sido largo. Al llegar a Cuernavaca comenzó trabajando en el campo pero al percatarse que en la albañilería podría existir un mejor futuro, decidió modificar su rumbo. Primero entró como chalán –ayudante de albañil-; sin embargo, a los ocho meses fue ascendido a albañil gracias a sus aspiraciones y la habilidad que tuvo para ejercer su labor.

A diferencia de otros maestros de obra, López Pérez indicó que en su equipo de trabajo le gusta fomentar la solidaridad entre todos; apoyarse para no tener tantos errores y si uno no puede, ayudarlo, corregirlo y no pasa nada.

Para él en la albañilería nunca se termina de aprender, se trata de echarle ganas y convivir con gente humilde, y que entre todos se echen la mano, “este oficio me enamoró y si volviera a nacer volvería a ser albañil. Me llena y me gusta porque aprendo cosas nuevas, me gusta que en el trabajo feliciten a mi gente y a mí. Es bonito”.

Como todas las fiestas en México, el Día del Albañil surge de un sincretismo entre la cultura cristina occidental y las culturales del México antiguo. Los mexicanos antiguos realizaban en estas fechas unas ceremonias para solicitar buenas cosechas en el año.

Los albañiles replicaron las costumbres que tenían desde que eran campesinos como celebrar el 3 de mayo, pidiéndole a la Santa Cruz no tener accidentes en el trabajo, por esto al inicio de cada obra colocan una cruz tallada a mano en madera; muchas veces la cruz es elaborada por los mismos trabajadores como es el caso de Hugo López Pérez, quien talla una semana antes las cruces para que el 3 de mayo puedan adornarla desde temprano con flores y listones de distintos colores.

Este año la celebración no se suspenderá aunque será más íntima con una pequeña comida, tal vez sin ir a misa pero sin dejar pasar este día tan importante y significativo para los trabajadores de la construcción.

Cabe destacar que cuando la construcción es nueva realizan una misa justo el 3 de mayo para posteriormente celebrar con una comida hecha por el “patrón o dueños de la obra” continuando el día sin labores con música y convivencia. Pese a la pandemia del Covid-19 en las construcciones de Morelos se verán colgadas cruces de madera.