La designación del uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a la ciencia y la tecnología tal como lo marca la ley actual, es la “asignatura pendiente” de todas las administraciones federales desde el 2002 cuando tomó vigencia, acusaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la presentación del libro “360 grados, una visión panorámica de la política científica en México 1985-2019”, de la autora Brenda Valderrama Blanco, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt).
En esta obra la investigadora y exsecretaria de Innovación del gobierno del estado, reconstruye el camino de la ciencia a través de 35 años, desde ese entonces la creación de leyes en mayo de 1999 la primera, misma que dio paso a programas de investigación, centros de trabajo, y el Sistema Nacional de Investigación. En junio de 2002 y que sigue vigente, ha sido modificado en 9 ocasiones, destacó Carlos Aramburo de la Hoz, investigador de la UNAM.
El libro relata “El hecho de que un país cuenta con una política científica funcional asegura la generación de conocimiento, incentivos a la inversión privadas y el aumento en la calidad de vida de la sociedad. Las naciones que carecen de una política científica clara y bien definida encuentran obstáculos para desarrollarse en este campo, así como en la tecnología y corren el riesgo de perder su insumo más valioso: el conocimiento”.
Teniendo como sede el Auditorio del IBt, la doctora Brenda Valderrama, contó con los comentarios de Gabriela Dutrènit Bielous, investigadora de la Universidad Metropolitana; y José Mustre de León, director del CINVESTAV.
En su mensaje final la investigadora mexicana dijo que el título del libro “360 grados”, es derivado de que se trabajó para tener un panorama pleno de los avances y retrocesos de la ciencia en el país, la doctora urgió a formar más cuadros de investigadores que den continuidad a los avances del conocimiento.
“Los investigadores mayor empatía con los problemas de la sociedad”, les exhortó como parte de los requerimientos que exigen los cambios sociales, de esta manera la ciencia y la tecnología responderán a esa búsqueda de soluciones en varios rubros, como la salud.
Hacia la sociedad, la investigadora pidió dar la misma respuesta y reconocer los logros de la ciencia y la tecnología “que la sociedad valore el conocimiento científico como fuente de bienestar”. Que el gobierno tome en cuenta a la base científica a la hora de la toma de decisiones, concluyó.
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