La Caravana por la Verdad y Justicia que partió del estado de Oaxaca el 9 de agosto con rumbo a la Ciudad de México hizo una parada en la comunidad de Amilcingo, en el municipio de Temoac, Morelos, donde fueron recibidos por los habitantes con café y pan antes de retomar su camino a la capital del país.
La caravana llegó la tarde de ayer a la Ciudad de México, donde instalaron un plantón para exigir justicia por los ataques ocurridos en la comunidad de Asunción Nochixtlán en junio de 2016, cuando policías federales desalojaron a profesores y padres de familia que protestaban contra las reformas educativas del gobierno de Enrique Peña Nieto. Aquel enfrentamiento dejó como resultado al menos seis muertos y 108 personas heridas, de acuerdo con las cifras oficiales de la Comisión Nacional de Seguridad.
“La Caravana por la Verdad y Justicia es un llamado y un esfuerzo por dar a conocer que a la crisis política, económica y social que vive el país y en particular Oaxaca se ha antepuesto una política de oídos sordos”, dice la convocatoria de la Red Estatal de Víctimas de Oaxaca “Tomás Martínez”.
En Amilcingo, los miembros de la caravana encontraron el respaldo del movimiento “Amilcingo en resistencia”, que se opone a la puesta en marcha de la termoeléctrica de Huexca y el Proyecto Integral Morelos (PIM), una obra energética de gran escala que pretende producir energía para las zonas industriales de Morelos desde el municipio de Yecapixtla. Pero además encontraron la simpatía de una comunidad resentida por la pérdida de Tomás Martínez Pinacho, dirigente suriano del Frente Popular Revolucionario (FPR) que fuera asesinado en 2020 en una taquería.
“A nosotros también nos hermana con la pérdida de nuestro compañero Samir Flores. Ellos están resistiendo en sus luchas y nosotros en las nuestras”, dijo Jorge Velázquez, representante del movimiento “Amilcingo en resistencia”.
Más de 500 personas llegaron la noche del martes a la comunidad en 12 autobuses y 10 camionetas. Fueron recibidas con alimentos y hospedaje en los hogares de las familias, donde les ofrecieron un techo para pasar la noche.
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