Por varios años, los pobladores de Ocotepec, al Norte de la ciudad, han luchado por mantener vivas sus costumbres y tradiciones, como su fiesta patronal en honor al Divino San Salvador, a cuya imagen se le pide para evitar problemas de salud.
Ocotepec está de fiesta desde el 28 de julio, fecha en que los religiosos inician una serie de rosarios al Divino. Su festejo es de organización conjunta entre iglesia, autoridades y pueblo, donde entre las costumbres está llevar pan a la casa de los nativos donde ellos ofrecen un platillo de mole. La tradición es de gran valor popular, puesto que la entrada al centro religioso es adornada con flores de diferentes colores y en el centro un mensaje de unión: "Mantengamos sonriente al señor".
Pero la fiesta inicia desde temprano con las Mañanitas a San Salvador, acompañado de la banda de viento, que más tarde ameniza diferentes melodías, mientras las familias disfrutan de los juegos mecánicos, antojitos mexicanos y otros rezan en la iglesia o simplemente descansan.
Desde el 1 de agosto, en la iglesia, reciben a los representantes de los barrios La Candelaria, Santa Cruz, Dolores y Ramos. El 6 de agosto, el pueblo da entrada a los pobladores de Totolapan, Topilejo, Santo Tomás Ajusco, San Miguel Ajusco; Chamilpa, Ahuatepec, Acapantzingo, Tlaltenango y Villa Santiago.