Un grupo de comerciantes del Centro Histórico de Cuautla inició una batalla contra un nuevo enemigo en común: el ruido excesivo, un problema que se agravó con el paso del tiempo y que está afectando tanto a negocios consolidados y a los que llevan poco tiempo en funciones, particularmente los que se ubican sobre la calle Guerrero.
Nidia López es una de las comerciantes que decidió alzar la voz para pedir a las autoridades reforzar la vigilancia de los niveles de ruido permitidos en el primer cuadro de la ciudad, ya que considera que al menos un par de negocios en esa zona están rebasándolos, con perjuicios para la clientela y para quienes, día a día, atienden en estos locales:
"El exceso de ruido afecta a nuestros clientes, especialmente a los de la tercera edad", señaló.
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La ciudadana afirmó que hizo los reportes correspondientes a la dirección de Protección Civil en varias ocasiones, y aunque el personal del área recorrió el lugar con el decibelímetro, la reducción del ruido solo es temporal.
"Vienen una vez cada semana y, cuando el sonido es muy alto nos piden que le bajemos", dijo un trabajador de uno de los establecimientos señalados de excederse en el volumen de su equipo de sonido.
Eduardo Torres, dueño de una pequeña cafetería ubicada en la zona, es otro de los comerciantes que decidió pronunciarse contra aquellos establecimientos que mantienen niveles de sonido altos, lo que, según afirmó, aleja a potenciales clientes y repercute en la economía de los locales.
"Les pedimos que bajen la música y solo se burlan", dijo Eduardo Torres.
Ante esta situación, ambos reiteraron su llamado a las autoridades para que intervengan, no con medidas drásticas, sino con acciones que fomenten la armonía entre los locatarios, sin disputas, y que, lejos de alejar a la clientela, hagan crecer sus giros.
"Solo pedimos que bajen el volumen para que sea tolerable", insistió López.
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