De los 300 comerciantes que tenía el mercado municipal Lázaro Cárdenas de Zacatepec, solo el 50 por ciento siguen activos, varios han cerrado y algunos vendido sus espacios, ante la dura crisis por la pandemia del Covid-19, manifestó María Maximino Rodríguez Gómez, del área de zapatería.
Desde abril del año pasado, que los obligaron a cerrar por cuatro meses, se desplomó la actividad de este mercado provisional que se habilitó en el estacionamiento del estadio Agustín Coruco Díaz, pese a las condiciones del lugar tras el sismo del 19S del 2017, cuando se vieron obligados a salir del inmueble del mercado Lázaro Cárdenas, que forma parte de caso de la ex hacienda azucarera Juan Pagaza.
Refieren que de los 300 locatarios que tenía este mercado, solo 250 reanudaron actividades, pero a un año de la pandemia solo el 50 por ciento de comerciantes sobreviven con alguna actividad, otros ya cerraron o traspasaron sus locales, han tenido que buscar otra alternativa para ganarse la vida, especialmente los que no tienen otros ingresos.
“Varios vamos al día, hay quienes sin ventas no tienen como solventar los gastos diarios, tienen familia y por eso cerraron, se fueron a trabajar en otro lado, incluso fuera del estado”, además de que cada vez hay más comercio ambulante que le pega duro al comercio establecido.
Para Máximino Rodríguez, esto es consecuencia de que el primer mercado en reactivarse después del sismo fue Jojutla, en implementar medidas sanitarias también fue Jojutla, mientras que en Zacatepec, sigue sin reconstruirse el mercado, le han dado largas y aunque se ha luchado y reunido firmas, ir de un lado a otro pidiendo el apoyo las obras están detenidas a pesar de que fue promesa de campaña del gobernador quien ha aplazado para después de las elecciones la reconstrucción del mercado.
En tanto los locatarios siguen padeciendo las inclemencias del tiempo, sobreviviendo con los pocos clientes que llegan, soportando la lluvia de tizne del ingenio, en épocas de lluvias esto se inunda ya que el lugar no es el adecuado para un mercado, pero lo más agobiante que incluso les obliga a cerrar temprano es el calor “tenemos que cerrar para evitar un golpe de calor”
Reveló que estar en un local provisional les ha generado muchas pérdidas, por la entrada de agua, tizne, y la polvaredas que arroja el viento, ya que no son locales provisionales y se les ha dañado mucha mercancía, lo que representan fuertes pérdidas, ya que no se puede proteger y llevar y traer también representa daños.
De 300 locatarios establecidos en el mercado, solo 250 se reubicaron en el estacionamiento del estadio, pero actualmente solo el 50 por ciento siguen activos en instalaciones provisionales que nunca imaginaron que los albergarían dos años, siete meses que llevan a la fecha, lamenta con nostalgia María Máximino Rodríguez Gómez, quien sobrevive gracias a la pensión, ya no por las ventas, pero siguen presentes esperando que esto pueda mejorar.
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