Los trastornos del sueño se han incrementado, incluso en rangos menores de edad, por el uso de dispositivos electrónicos, aseguró la psicóloga y catedrática de la Facultad de Psicología de la UAEM, Reyna Luna Saavedra.
La especialista señaló que todas aquellas interrupciones o alteraciones que provoquen una falta o un deterioro en la calidad del sueño van a ser consideradas trastornos, lo cual dependerá del tiempo padeciendo y sus características propias.
Existen más de cien trastornos asociados al dormir; sin embargo, se debe poner atención al insomnio, que está asociado a diferentes factores estresantes como la ansiedad, la depresión, la propia vida cotidiana o el consumo de ciertas sustancias activadoras o inhibidoras del sistema nervioso central, como la cafeína, el alcohol e incluso la marihuana.
Reyna Luna indicó que se ha comprobado que la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos, como celulares y tabletas, entre otros, va a provocar alteraciones en el ritmo circadiano.
“Esta luz azul de los dispositivos entra directamente por nuestros ojos, aunque estén los párpados cerrados. Imaginemos la gravedad del asunto: va a entrar directamente a nuestro quiasma óptico, que se encuentra al interior de nuestro cerebro, y regula el ritmo circadiano, el cual le dice a nuestro organismo que es momento de estar acostados, dormidos, en la oscuridad profunda, y que debemos estar activos cuando existe la luz”.
Agregó que, si existe luz cuando no debemos estar despiertos, se crea la alteración del sueño.
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La psicóloga lamentó que, desafortunadamente, este tipo de trastornos por estar expuestos a pantallas electrónicas se están dando en edades tempranas.
Resaltó que es grave que, desde meses de nacido e incluso en los primeros años de vida, se exponga a los infantes a pantallas electrónicas, lo cual es perjudicial para el desarrollo mental e intelectual del niño.
Lo idóneo es utilizar este tipo de pantallas entre los 10 y 12 años; actualmente, se están usando en pequeños de uno o dos años, lo cual altera la percepción de la tridimensionalidad, las luces y los colores.
Recomendaciones:
Regular el uso de pantallas es indispensable, educar a los adultos y papás sobre el daño que le están generando a sus hijos con estos dispositivos.
Establecer ritmos específicos a la hora de dormir y despertar, inclusive en fin de semana y en periodos de vacaciones.
En vacaciones, es muy frecuente que se modifiquen los períodos de dormir, que lo hagan más tarde, incluso los niños, y que se levanten más tarde, lo cual genera otro trastorno denominado “desfase del sueño” y causa problemas al momento de reincorporarse a la rutina.
Mantener horarios a la hora de dormir va a facilitar evitar el trastorno del sueño.
Evitar el consumo de bebidas de chocolate, con cafeína o azúcar durante la noche, sobre todo en la infancia.
¿Cuántas horas debemos dormir?
- Recién nacidos: de 14 a 16 horas de sueño, necesario para su desarrollo y crecimiento.
- Infancia: se recomienda dormir entre 12 y 14 horas.
- En la adolescencia, dormir entre 9 y 10 horas en la noche y, en caso de requerir una siesta, de máximo una hora por la tarde.
- Adultos: entre 7 horas y media y 8, tiempo necesario para que se regeneren todas las células del organismo.
Dormir menos de este tiempo puede afectar incluso la parte emocional y el desarrollo mental.