La Navidad es época de paz, armonía, alegría, de disfrutar con la familia y amigos. Desde antes de que inicie diciembre la gente empieza a comprar regalos y lo necesarios para la cena de Navidad, y en ella va incluida la bebida.
Aunque uno quiera que todo salga bien esa noche, que haya paz, armonía y unión en la familia, la realidad es que puede suceder todo lo contrario y que esta reunión termine en pleitos por ver "quién se queda con los terrenos de la abuela".
Es claro que para evitar los pleitos familiares lo más recomendable es que no se consuman bebidas embriagantes, ya que éstas además de tener efecto sobre el cerebro y variar algunas de sus funciones como coordinación, atención, memoria y demás, su uso continuo también afecta a otros órganos como el riñón, hígado o sistema circulatorio.
Se dice que el abuso del alcohol es una de las principales causas de los problemas de salud, familia y trabajo.
Si se tiene pensado ingerir bebidas alcohólicas en esta Navidad se debe de hacer con moderación y elegir las que menos daños hagan a la salud.
Si se piensa tomar la tradicional "Margarita" se debe de saber que el tequila, como toda bebida alcohólica, puede causar una deshidratación, pues actúa como un diurético, lo que puede verse reflejado en el rostro y en la sequedad de la piel.
Especialistas recomiendan evitar las bebidas con congéneres, que son algunas sustancias como la acetona o el metanol que se producen al fermentar el azúcar de las bebidas alcohólicas, son tóxicas y afectan a los vasos sanguíneos y el tejido cerebral, además de empeorar las resacas.
Las bebidas con más congéneres se pueden identificar por su color, mientras más oscuras más tienen, como son el brandy, ron, vino tinto y hasta el whisky.
Otras bebidas a evitar son las carbonatadas, ya que tienen muchos azúcares y no aportan ningún nutriente interesante al organismo, pues aún cuando dan energía al cuerpo generan daños a la salud por la gran cantidad que tienen de azúcar y edulcorantes artificiales.
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