Seguimos y seguiremos trabajando con muchas ganas, con mucho amor como siempre para todos nuestros clientes, porque "La Pozolería El Barco", lleva ya 69 años dando servicio por tres generaciones, ya es una tradición que inicio la señora Josefina López, junto con su hijo Abacuc, la continuó con la señora Eva y posteriormente la seguimos sus hijos, expresa con orgullo Rebeca Ortega, una de las herederas continuadoras de este negocio.
La historia de la pozoleria "El Barco" se comenzó a escribir en el año 1951 en un local de la calle de Rayón número 53, en pleno centro de Cuernavaca, después se cambió al número 3 de la misma calle donde permaneció por espacio de 16 años, hasta esta semana en que a consecuencia de la pandemia tuvieron a cambiar su domicilio "a la vuelta", a Comonfort número 6-A, dónde realizan las adecuaciones necesarias para reabrir este siguiente mes, según lo estima Rebeca Ortega.
La entrevistada indicó que este cambio fue consecuencia de la situación que estamos viviendo por la pandemia, ya que se ha reflejado poca venta y muy pocos ingresos, lo que provoca que ya no cuente con los recursos suficientes para pagar la renta del lugar en el que se encontraba el negocio, es por eso que se decidió buscar otro sitio, muy cerca del anterior, "para que sea fácil para los clientes encontrarnos", expresa Rebeca .
Pese a la contracción económica, explica la empresaria que al momento su negocio sólo genera diez empleos, pues las actividades han venido a menos por la crisis económica que ya se venía padeciendo desde antes de la contingencia sanitaria y por otras circunstancias que se enfrentan en la entidad, pese a ello pone de manifiesto que han tratado a toda costa de mantener los 10 empleos que ofrecen, pues como todos, hay familias de por medio y necesitan un ingreso, "por eso es que queremos que nos siga acompañando" lo expresa convencida.
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Al inicio de la pandemia tuvieron que cerrar las puertas por espacio de tres meses, posteriormente reabrieron pero con servicio a domicilio únicamente y luego con el semáforo amarillo reiniciaron actividades, pero al 50 por ciento de su capacidad, como lo indicaron las autoridades sanitarias.
Obligados por la situación económica, desde hace aproximadamente un mes iniciaron el proceso de cambio de domicilio y por ahora se espera a que terminen remodelación y adecuaciones del nuevo lugar.
"sabemos que vamos a estar muy bien, aquí estaremos esperando a todos con gusto a partir de la primer semana de diciembre, aún está por definirse si la inauguración será el día primero o el 8 de diciembre, pues todo está condicionado a que se concluya el nuevo muelle del barco", señaló.
Por último, informó que sus clientes podrán volver a disfrutar de algunos descuentos para que acudan a conocer las nuevas instalaciones, a comer el tradicional y delicioso pozole estilo Guerrero cuya especialidad es el pozole verde, hecho con la receta de la casa, las tostadas de pata y las chalupas de pierna.
"A pesar de que tal vez sea un sitio más pequeño, los clientes serán atendidos con el cariño de siempre", finalizó.