Aunque el cierre de la avenida Emiliano Zapata, por la instalación de la feria de Tlaltenango genera inconformidad entre los transportistas, no se ha acordado cambiar de lugar, a pesar las sugerencias e intentos en años anteriores, pues los organizadores creen necesario conservar su ubicación como tradición.
José Luis Rosales Gutiérrez, párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Milagros, en Tlaltenango, mencionó que no es una exigencia que se celebre la fiesta religiosa con una feria, ya que el principal motivo por el cual se cierra la avenida es por el convenio entre comerciantes con el Ayuntamiento de Cuernavaca, lo cual no la afecta ni beneficia a la parroquia.
Sin embargo, comentó que aunque en años pasados se ha considerado el asunto de mover la feria, ha habido un acuerdo formal, porque la fiesta de la Señora de los Milagros se debe celebrar únicamente en el santuario, en este caso la iglesia de Tlaltenango, lo cual impediría mover el festejo.
Además, expresó que a casi 300 años de la celebración, si se considera mover, no sólo afectaría al Ayuntamiento, sino también a miles de personas que año con año la visitan, de los cuales algunos han asistido toda su vida.
María Reyes Salgado, tránsito del municipio, señaló que surgen pocos problemas, ya que es una feria que se ha celebrado desde hace muchos años, por lo que los habitantes ya conocen la vías alternas.
Asimismo, expuso que los más afectados son las personas que viven sobre la avenida, pues llegan a tener problemas por la falta de acceso, incluso deben dejar su auto en un estacionamiento, o en calles cercanas, donde años anteriores se presentaron denuncias de robo.
Por su parte, los comerciantes fijos de la avenida comentaron que a pesar de cada año se ven afectados, no pueden hacer nada, ya que el Ayuntamiento administra los comercios, por lo que dudan que sea considerado.