Intentan borrar el pasado, de un plumazo. Arremeten contra los trabajadores, los partidos de oposición, los ex Presidentes, las Fuerzas Armadas, la Policía Federal, el Instituto de la Transparencia, la Suprema Corte de Justicia, los Jueces.
Todo, de acuerdo a su retorcida óptica, fue una porquería y hay que desaparecerlo del panorama nacional, a la brevedad. La tijera que recorta burócratas, como dijo un analista, se convierte en machete y cercena cabezas, acrecentando la angustia de miles de familias, que pasan a engrosar la cada vez más larga fila del desempleo.
La estulticia explota y se va contra las estancias infantiles. Pretexta que había corrupción. ¿La realidad? Fue un proyecto surgido del PAN, en el Calderonato y al tlatoani en turno le irrita pronunciar esas siglas y esos apellidos (Triunfo presidencial de Felipe de por medio).
De vergüenza que atenten contra el servicio que ha sido la salvación de tantísimas mujeres. Gracias a estas guarderías pueden trabajar, mientras les cuidan a sus hijos. La mujer ocupa un porcentaje importante de la fuerza laboral. De no tener con quien dejar a sus crías, le sería imposible obtener un salario.
Cuando en el Congreso se planteó un recorte de la mitad del presupuesto para el renglón, la senadora blanquiazul, Martha Cecilia Márquez subió a tribuna con su bebé en brazos. Planteó las consecuencias de atentar contra este derecho inalienable, ganado a pulso.
Tuvo un sainete con Porfirio Muñoz Ledo, lo que desvió la esencia de su argumentación. Pasaron unas cuantas sesiones y el tema recobró vigencia, frente a la falta de pago de las correspondientes percepciones y el empecinamiento “moreno”, para “refundarlas”. Dijeron que esperaban los nuevos lineamientos que daría María Luisa Albores, Secretaria del Bienestar, a cargo del asunto, la que no dijo ni pío.
Que había “corrupción” y en una mañanera, AMLO ataca directamente a la senadora Josefina Vázquez Mota, por unos dineros que recibió de Peña Nieto (Para una fundación de migrantes). La realidad es que se le va encima, por la férrea defensa de la panista del programa social, ¡que sí funciona!
Lo que calla “el preciso” son las acusaciones por desvío de fondos y lavado de dinero, contra la esposa del propietario del Partido del Trabajo, Alberto Anaya. En Octubre del 2017 se giró una orden de aprehensión contra Guadalupe Rodríguez, quien tenía concesionados13 centros infantiles en Nuevo León. El escándalo fue mayúsculo, cuando se destapó que, varios de ellos ni siquiera abrían sus puertas y que, el presunto negociazo por 100 millones de pesos, tenía la cola partidista y se ejercía en otras entidades, como Aguascalientes. El proceso se desvaneció, por un acuerdo político en lo oscurito, pero la realidad es que había pruebas de la estafa.
¿Que en algunos hacían tejemanejes? Tan fácil como investigarlos y supervisarlos. Más de 9 mil estancias cumplían con su cometido y beneficiaban a unos 300 mil pequeños. Ahora, de acuerdo al neuronazo de la 4T, los abuelos deberán ocuparse de los nietos. ¿Y si son occisos, o no se les da la gana, o a su vez, trabajan?
Escamotean derechos, incluido el de la vida (Número de mujeres asesinadas). Ahora se les arrebata la ventaja de estas estancias y se desoyen voces que exigen su permanencia. Las entendederas, de quienes toman las decisiones, además de cortas, se guían por revanchas y caprichos, perjudique a quien perjudique.
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