Una huerta de cítricos de Tlaltizapán quedó severamente dañada debido a las obras de la autopista Siglo XXI; Diega López Rivas aseguró que el terreno ésta en peligro de perderse a consecuencia de la contaminación producida por las grasas de la maquinaria y los escombros de tierra pedregosa.
Agobiada por la serie de problemas de la autopista, la también cronista de Tlaltizapán reveló que sus hijos se encargan de trabajar desde la madrugada hasta la noche para rescatar la huerta de cítricos.
Desde que se anunció el trazo de esta autopista, se supo que el terreno saldría afectado; sine embargo, la entrevistada nunca se imaginó que los daños llegaran a tales dimensiones, y lo peor es que no hay quien les responda o asuma su responsabilidad ante tales perjuicios. “Para esa huerta no recibimos un peso de ningún programa estatal o federal,’”, relató.
La entrevistada refirió que tiene a la puerta muchos gastos, pues debe hacerse cargo de la atención requerida por su esposo, quien sufre parálisis cerebral, por la tanto no puede hacer frente al pago de un licenciado que les ayude a demandar por los daños a su parcela.
Su desesperación es tal que incluso cree que las autoridades ejidales no quieren apoyarla. Relató que los daños a su propiedad incluyen: la invasión en sus tierras, la inundación de éstas y, para colmo, derribaron el cercado, por lo que unas vacas entraron a la parcela y dañaron las plantes. Y aunque el limón ya empezó a producir, comenta que se va a dañar por el aceite que las máquinas expulsan.
A más de un año, comentó, no les quieren reconocer los daños y los traen de un lado a otro, y en algunos sitios les dicen que la constructora les pagará y en otros les aseguran que el Gobierno se hará responsable, pero éste les dice que la concesionaria es la encargada de cubrir