Entre los planteamientos para el regreso a la nueva normalidad en las iglesias de Morelos, la Diócesis de Cuernavaca confirmó que en su gran mayoría deberán vender diferentes productos para poder estabilizarse económicamente.
El vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, confirmó que actualmente muchas parroquias se encuentran al borde del colapso y la pobreza, ya que desde hace cerca de tres meses cerraron sus puertas a la feligresía, disminuyendo así la recaudación de algunas colectas con las que se mantienen a flote.
Desde el 23 de marzo y al aumentar el número de casos sospechosos en la entidad, la Diócesis de Cuernavaca en concordancia con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y las acciones implementadas por el Papa Francisco, determinaron realizar las celebraciones eucarísticas sin la presencia de los fieles; decisión que trajo consigo una inestabilidad y poco ingresos a las iglesias.
El sacerdote reconoció que la cuestión económica es una de las cosas que como iglesia más padecen, al vivir de las donaciones o limosnas que los laicos dan a través de las misas y misas especiales; sin embargo, al no estar en una situación de poder exigirle a las comunidades que aporten tal cantidad han implementado la venta de artículos como cirios, alimentos y enseres, lo cual considera el presbítero seguirá pese a que se levante la alerta sanitaria.
Algunos sacerdotes han comenzado a hacer actividades económicas como venta de cirios, alimentos y enceres para que se pueda seguir adelante.
En redes sociales el obispo Ramón Castro Castro aseguró que apenas el semáforo en Morelos esté en color naranja podrán dar inicio a las celebraciones litúrgicas pero solo con el 25 por ciento de capacidad en los templos.