Hay decisiones que sólo se pueden tomar cuando no queda nada frente a nosotros: hace cuatro años, Benjamín Vázquez vio extinguirse la carpintería de su familia en un incendio. Pero lejos de entregarse a la tragedia, en menos de un mes volvió a abrir las puertas del lugar, con un techo improvisado y con el propósito de convertirla en una gran fábrica de muebles. No pudo haber tomado una mejor decisión.
"Les di dos opciones a los trabajadores que teníamos: tirábamos la toalla o nos arriesgábamos, y definitivamente yo no pensaba tirar la toalla", recordó Benjamín, de 41 años, sentado en la oficina desde la que se hace cargo de la Gran Fábrica de Muebles, una empresa que se ha posicionado a nivel nacional, y que actualmente da empleo a cerca de 70 morelenses.
Ubicada en Ciudad Ayala, la fábrica produce muebles de alta calidad que son vendidos sobre todo fuera del estado, gracias a los recursos que ofrece la plataforma de Mercado Libre. De acuerdo con los datos de la empresa, en la plataforma es categoría Platinum; 70 por ciento de la producción se distribuye en línea, mientras que el resto se encuentra en los escaparates de las nueve sucursales distribuidas en el país.
Las claves del éxito
Para Benjamín Vázquez, quien hoy tiene su propia oficina, el camino al éxito no ha sido fácil. Sin embargo, a fuerza de desventuras y de afrontarlas con determinación, ha sacado adelante el negocio que le heredó su padre con el apoyo de la familia, los vecinos y los amigos: todos ellos forman un gran equipo cuyo objetivo es producir los mejores muebles del país, en la vía de igualar o superar el prestigio que tienen otras firmas, de carácter internacional.
La calidad es importante: muchas fábricas buscan el herraje y el material más barato, pero nosotros hacemos lo contrario: buscamos la mejor calidad, y para poder bajar precios lo compramos en más volumen, reveló.
Usando madera MDF (Tablero de Fibra de Mediana Densidad, por sus siglas en inglés), la cual es abastecida por la empresa mexicana Emman S.A. de C.V., la Gran Fábrica de Muebles de Ciudad Ayala ha logrado producir piezas capaces de dejar satisfechos a la mayoría de sus clientes en los últimos cuatro años.
Servicio a la comunidad
Cuando la carpintería se incendió, lo que más le sorprendió a la familia Vázquez fue la respuesta que tuvieron sus vecinos y amigos al día siguiente: en cuanto el sol salió, la gente llegó a pedir muebles nuevos, lo que no sólo fue un gesto noble por parte de ellos, sino que alentó a Benjamín a continuar con el negocio.
En los últimos cuatro años, consciente del apoyo que recibió cuando más lo necesitaba, Benjamín ha puesto a disposición de los pobladores los pedazos de madera que ya no se usan en la producción: fuera de la fábrica, la gente va por ellos para usarlos, principalmente, como leña para el hogar, aunque lo cierto es que, con técnicas de reciclaje, se les pueden dar otros usos.
Actualmente, la fábrica busca seguir retribuyendo el apoyo a la población de Ayala con la construcción de un puente para cruzar un río. A nivel empresarial, Benjamín aspira a seguir expandiéndose con la implementación de robots barnizadores y tiene planes de empezar a exportar sus muebles a otros países.