Como no existe alguna una directriz por parte del Gobierno Federal y Estatal, los municipios tuvieron que tomar sus propias medidas para hacer frente a la emergencia sanitaria y lo mismo ocurre para el tema del regreso a la nueva normalidad, expresó el alcalde de Jiutepec Rafael Reyes.
El municipio señaló que sin duda ha sido difícil concientizar a la población ante la incredulidad que existe en la enfermedad de Covid-19 y ahora han observado que también es complicado hacer ver a la población lo que conlleva caminar hacia la “nueva normalidad”.
Refirió que la población no acaba de comprender que el regreso a la nueva normalidad nada tiene que ver con la vida rutinaria que se tenía antes de la cuarentena.
En Jiutpec, aún deben permanecer cerrados negocios considerados no esenciales, aunque ya se trabaja en el plan de reactivación de la vida económica y las medidas que deben de establecer en sus negocios.
Rafael Reyes citó como ejemplo el caso de los restaurantes o negocios de comida en la “nueva normalidad”, que deben trabajar al 40 por ciento de su capacidad, reducir el número de mesas para comensales, los trabajadores como meseros y cocineros deberán portar medidas de protección.
Cuestionado sobre las decisiones de otros municipios, como Cuautla que ya autorizó la apertura de los negocios en general, señaló que llegan a proyectar desde un escritorio y otra realidad es la que se vive en las comunidades, y es comprensible el malestar de la población, pero sobre todo de comerciantes de reactivar la economía.
El alcalde de Jiutepec agregó que acatando las medidas se puede regresar a la nueva normalidad.
Sin embargo, Rafael Reyes resaltó que la realidad es que desde que inicio la emergencia sanitaria no existió una directriz para los municipios por parte del Gobierno Federal y del Gobierno del Estado.
Señaló que esta falta de orientación y conducción por parte del gobierno federal y estatal los municipios se han visto en la necesidad de establecer sus propias medidas, algunas drásticas.
Rafael Reyes consideró que las medidas coercitivas no resuelven el problema y más bien seguir buscando hacer conciencia en la población.