Del mercado Colón al Adolfo López Mateos

El cronista Mario Oliveros nos da un paseo histórico por las centrales de abasto que hubo y hay en Cuernavaca

Valeria Díaz | El Sol de Cuernavaca

  · lunes 9 de enero de 2023

Adolfo López Mateos | Agustín Espinoza | El Sol de Cuernavaca

"Los comerciantes de los mercados de Cuernavaca somos gente muy trabajadora", afirman vendedores de las principales centrales de abasto de la capital. A través de estos sitios de comercialización se puede entender el crecimiento que ha tenido la capital a lo largo de los años y lo importante que son para las familias que durante generaciones completas han vivido de la vendimia en dichos espacios.

El primero

Mario Oliveros Gómez, cronista de Cuernavaca, recordó que el primer mercado como tal se llamó Mercado Colón, fundado en 1870 aproximadamente y se ubicaba exactamente frente al Palacio de Cortés, en lo que actualmente es Plaza de Armas.

Explicó que su estructura era de madera y es por eso requería de constante mantenimiento; sin embargo, tuvo mucho éxito porque por ahí pasaba un tren jalado por mulas, el cual recorría la calle Leandro Valle hasta llegar a esquina con Matamoros para poder entrar al Mercado Colón.

Mercado de El Reloj

"El Colón vivió muchos años y fue muy importante, pero por el crecimiento urbano de la ciudad las autoridades de ese entonces se vieron obligadas a construir otro con mejor calidad; fue entonces cuando surgió el Mercado del Reloj".

A este segundo inmueble también se le denominó Mercado Benito Juárez, y su surgimiento fue en 1910. Se ubicaba entre las calles Guerrero y Degollado.

Era un edificio que ya contaba con una estructura como tal, mucho más moderna y grande. En 1964 fue demolido pero la historia ahí no termina: "Este mercado estaba hecho con tabique prensado, aún en esa época todo era pequeño".

Explicó que es necesario narrar los antecedentes para dimensionar qué tanto se ha avanzado y desde cuándo en Cuernavaca existen los comerciantes que trabajan de sol a sol cargando kilos de mercancía en sus hombros todos los días.

El emblemático ALM

El 7 de mayo de 1964 se inauguró el Mercado Municipal Adolfo López Mateos, mismo que hasta la fecha se encuentra de pie. Es de los más importantes del estado y el más grande de la capital; cuenta con 10 mil 820 metros cuadrados en total.

Este es un mercado que se caracteriza por sus amables comerciantes que llevan años trabajando en él y, más que competencia entre ellos, se ven como familia, ya que en muchas ocasiones es en compañía de ellos con quienes celebran cumpleaños y otras festividades.

"Este mercado empezó muy vacío porque aún la gente iba al Mercado del Reloj, pero hasta que se demolió la gente empezó a ir al ALM", relató Oliveros, quien considera que el crecimiento de Cuernavaca se dio después de la fundación de este gran mercado.



La Carolina

El Narciso Mendoza es el mercado de la Carolina, uno de los primeros en acercarse a las colonias. De hecho este predio era anteriormente un rastro municipal, el cual todavía se encuentra en la misma colonia. En el mercado de la Carolina trabajan más de 120 comerciantes, venden frutas, verduras, carne roja, pollo y no pueden faltar los puestos de comida.

"Nuestro mercado está bien estructuralmente; hace no mucho tiempo que nos cambiaron el piso. Todo esto por las buenas gestiones que hubo", comentó Samuel López, comerciante.


Buenavista

En 1962 la colonia Buenavista estrenó su propio mercado. Ahí trabaja Concepción Arroyo, quien desde hace más de 30 años tiene un local en el que vende pollo fresco.

"Llegamos buscando una mejor oportunidad de trabajo y hoy gracias a los clientes aquí seguimos, pero el camino no ha sido fácil, hemos trabajado mucho y también se nos han presentado conflictos, las ventas bajaron por la pandemia, muchos compañeros se murieron", dijo.

Concepción es madre de familia y en la actualidad sus hijos atienden el puesto; sin embargo, ella no ha dejado de ir a trabajar. Aprovechó para dedicar un mensaje de aliento a sus compañeros: "No se rindan, es difícil pero nos caracterizamos por ser gente trabajadora".



Lomas de la Selva

El último de los mercados de los que nos habló Mario Oliveros Gómez es el de Lomas de la Selva en Cuernavaca, el cual tiene instalaciones muy bien distribuidas.

Los comerciantes que ahí laboran todos los días se levantan entre las 6 y 7 horas y terminan su jornada laboral después de las 17:00 horas.

Como en cualquier mercado aquí abundan las frutas y verduras frescas, flores, novedades y regalos; es uno de los mercados que por su juventud tiene negocios de los más novedosos.

Hay locales a los que la gente acude para reparar su electrodomésticos, como licuadoras y planchas, boutiques y fondas con platillos típicos, sopes, tacos acorazados y quesadillas.

"Yo creo que la gente que se dedica al comercio en los mercados tiene muchas ganas de salir adelante, de trabajar sin importar el día que sea," dijo Mariana Espinoza, comerciante de este mercado.

La vida en los mercados va más allá de su actividad económica, pues a diferencia de otros giros, se complica tener un horario para comer, tomarse días de vacaciones e incluso enfermarse.





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