Vecinos de Temilpa y San Rafael Zaragoza denunciaron severa contaminación del tiradero a cielo abierto que dejó la fallida Planta de Valorización de Residuos Sólidos (PVRS), inaugurada por el ex gobernador Graco Ramírez, ya que en el tiradero, a bordo de la carretera Tlaltizapán a San Rafael, siguen arrojando, incluso, animales muertos.
A unos pasos de la PVRS, inaugurada en junio de 2017, el Gobierno del sexenio pasado, como parte de un mega proyecto con el objetivo combatir los basureros a cielo abierto, la planta tras varios fallas y desperfectos acumuló en su predio y terreno aledaño una gran cantidad de basura que no pudo clasificar, por lo que quedaron dos enormes basureros al interior y exterior de la planta.
El proyecto que contemplaba tratar el orden de 108 toneladas de basura de los municipios de Jojutla, Tlaquiltenango, Zacatepec y Tlaltizapán, se redujo a atender solo la basura de Tlaltizapán y Zacatepec, un promedio de 20 toneladas de desperdicios que tampoco pudo separar o generar el abono orgánico que se planteaba.
La planta en la que el Gobierno del Estado anunció una inversión de 14.8 millones de pesos se encuentra fuera de servicio y a cargo de un vigilante de una empresa privada que prohíbe el paso a cualquier persona, apoyado de una manada de perros y con machete en mano, quien se limita a confirmar que el lugar está cerrado y fuera de servicios.
Sobre el problema de la basura que hay en la planta y en torno a la planta no sabe nada, se limita a señalar que así la dejaron.
El presidente de Tlaltizapán, Alfredo Domínguez Mandujano, aseguró que toda esa la recogería y sería confinada en el tiradero el Coronel, un basurero particular donde siguen depositando desechos los municipios de Tlaltizapán y Zacatepec.