Francisca Rodríguez se levantó a las siete de la mañana muy dispuesta a votar. Si fuera por ella, habría llegado por sus propios pasos a la casilla que le tocaba, pero Francisca, a sus 98 de edad, ya no puede caminar. Tiene que moverse en silla de ruedas y confiar en los pasos y la fuerza de su hija. Aún así, Francisca se convirtió este domingo en la primera persona en votar en la casilla instalada en la Plaza y Fuerte de Galeana, la alameda de Cuautla.
“Le doy gracias a Dios la oportunidad que me da todavía, y la obligación: mientras tengamos vida tenemos la obligación de cumplir”, dice Francisca, un vaso de atole en la mano, toda una vida a su espalda.
Francisca esperó pacientemente durante una hora. Aunque el inicio formal de las elecciones estaba planeado para las 8:00 horas, la casilla de la sección 157 del Distrito Electoral Federal III inició la recepción de votos exactamente una hora después. Ella no se quejó, como lo hicieron otros; y no ofendió a los funcionarios de la casilla, como también lo hicieron otros.
“Es la segunda vez que viene en silla de ruedas. Siempre ha sido entusiasta y hoy se levantó a primera hora para venirse a votar”, dice Olga Portillo, la hija que impulsa la silla de ruedas.
A Francisca no la detuvo la silla de ruedas ni el siglo de vida que lleva consigo a todas partes. A Guadalupe Navarro, más tarde, tampoco la detendrá nada. En Yautepec, Guadalupe, de 82, llegará apoyada en su bastón, votará, se sentará a descansar y se despedirá de todos en silencio.
“Hay que votar y que gane el mejor. Hay que decir: yo voy a votar por el que quiero que gane. Uno viene a dar su voto y que Dios los bendiga, y que gane el que tenga más suerte. Y al que gane hay que recibirlo con gusto donde ande”, dice Guadalupe después de votar en la casilla de la sección 843, en la comunidad de San Carlos, en el municipio de Yautepec.
Para muchos, votar puede ocurrir en cuestión de minutos, pero no todos corren con la misma suerte. Cuando te toca votar en un estado en el que no resides tienes que acudir a una casilla especial y esperar que esté de tu lado, especialmente si llegas después del mediodía.
César Martínez, de la Ciudad de México, llegó alrededor de las 13:00 horas a una de las casillas especiales de Cuautla. Al tomar su lugar en la larga fila se encontró con que tendría que esperar al menos una hora y media bajo el sol y que no había llevado consigo una gorra o una sombrilla. Para protegerse, recurrió al parasol de su coche.
“Hay que improvisar porque el sol está muy fuerte”, dice César.
Esta casilla, ubicada en la Plaza Los Atrios, al norte de la ciudad, recibió mil boletas para la jornada. De acuerdo con la capacitadora del Instituto Nacional Electoral (INE) responsable, en el momento en que César llegó ya se habían utilizado 500. Antes de César hay una fila de alrededor de 200 personas. Tuvo suerte.
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