Investigadores y alumnos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) llevan a cabo proyectos para detonar la producción de hongos en las diferentes comunidades en donde el crecimiento económico se centra en la agricultura; María de Lourdes Acosta, investigadora del Centro de Ciencias Biológicas, relata que se está realizando un estudio para determinar en qué comunidades se puede lograr esto pues necesitan diversos factores naturales como humedad, temperatura, aireación e iluminación.
Estas condiciones sobre todo las podemos encontrar en los municipios de la zona norte del estado, no quiere decir que en la zona sur no se pueda pero requiere de una mayor inversión en infraestructura.
Dentro de dicho estudio, señala que en muchos casos la producción de hongos se asume por el ciudadano como una “actividad económica mientras encuentran trabajo, una vez que tienen trabajo dejan la producción”.
Lo que ha originado que actualmente solo existan cuatro productores de los 45 que se tenían hace poco más de 10 años.
En el país existen entre 200 y 300 variedades de hongos silvestres comestibles, de los cuales al menos 10 son susceptibles de cultivo.
En el caso de Morelos, el hongo que se da fácilmente es el conocido como orejita de cazahuate o seta, es por ello que con las comunidades primero se inicia a cultivar éste porque es el más fácil, una vez dominando las técnicas de producción, ya pueden cultivar otras especies.
Se cuenta con dos técnicas para identificar los hongos comestibles de los hongos tóxicos: una es la preparación académica llamada Taxonomía y una segunda, a través de los habitantes de comunidades, llamada etnomicologia.
Comentó que hace diez años aproximadamente la universidad organizaba exposiciones sobre los distintos tipos de hongos, además de visitas a campo por parte de los estudiantes, pero debido a la inseguridad se han tenido que cancelar.
Sumado a ello las normas aplicadas a la recolección han dificultado la situación pues “tiene que ser colectores certificados”.
En 2 años ha logrado que los habitantes reactiven la nave de cultivo que tenían en desuso, lo que ha originado que los pobladores que viven de este parque Eco turístico ya no tengan que comprar el producto para ofrecerlo a los visitantes, sino cultivarlo ellos mismos.