En el corazón de Cuernavaca, calle Guerrero es conocido por el sin fin de negocios que alberga, desde zapaterías hasta plazas como Lido y de la Tecnología, La Fayuca y comercios de venta de disfraces, bisutería y de regalo. Aquí se encuentra un negocio que ha pasado de generación en generación, el distribuidor Morel que ofrece productos para todos los gustos en un mismo lugar.
Desde hace 82 años la familia Torre Gamboa ha sido parte fundamental de la historia comercial del Centro Histórico de Cuernavaca; se han mantenido a lo largo de los años al ofrecer mercancía de calidad, a costos accesibles y con estrategias de solidaridad empresarial, puesto que de un mismo local padre e hijos han podido salir adelante frente a cualquier adversidad, como la misma pandemia de Covid-19.
En calle Guerrero, local 1C, Silvia Verónica Torre Gamboa, propietaria del negocio, particularmente del área de bisutería Bella, aseveró que antes de la contingencia sanitaria las ganancias se mantenían estables, obteniendo en buenas temporadas hasta el 100 por ciento, pero en medio del miedo y las medidas sanitarias por la Covid-19 actualmente han llegado a alcanzar apenas el 30 por ciento.
“Antes alcanzábamos el 100 por ciento, estos negocios son por temporada y ahorita no es lo mismo pero esperamos que con el regreso a clases todo mejore”.
Distribuidor Morel es un negocio que si bien inició como tienda de disfraces, desde hace 10 años se ha dividido en una pequeña plaza donde el papá de Silvia mantiene la venta de disfraces y trajes artísticos, su hermano vende productos electrónicos y para caballero, mientras que Silvia comercializa diferentes tipos de joyas y artículos de belleza.
Distribuidor Morel comenzó como un negocio de venta de regalos y artículos para caballero, se ubicaba en la Plaza de la Tecnología bajo el nombre de Pajecito; la abuela de Silvia Verónica fue la emprendedora, pero al paso de los años y al ver como esto ya no atraía tantos consumidores, su hijo decidió cambiar el giro a disfraces y artículos teatrales, por lo que son más conocidos.
Por la emergencia sanitaria cerraron alrededor de un año, si bien no tienen que pagar renta, sí pagan luz, agua y mantenimiento, estando actualmente atrasados con la luz.
La familia Torre Gamboa ha logrado subsistir, a decir de los mismos comerciantes, gracias a préstamos bancarios y con lo poquito que lograban vender, por lo cual llegó un punto en el que consideraron bajar sus cortinas definitivamente, “no había nada de ventas, si vendías 10 pesos era mucho”.
Como ejemplo, el hermano de Silvia ha salido adelante a base de préstamos con financieras, de pedir prestado a un pariente o a un conocido, lo cual le ha generado problemas debido a que está pagando poco a poco pero está atrasado por las nulas ventas.
El locatario ha tenido que regresar a vivir con su padre, además de que no ha podido surtirse de más mercancía, “el negocio lo tenía atascado de mercancía, ahora no tengo muchas cosas”.
La ganancia es poca y lo poco que se vende lo utilizan para comprar más producto, ya que consideran es importante que los posibles clientes vean que el negocio tiene una mercancía variada, esperando de esta forma puedan sentirse atraídos y comprar.
“En las calles se ve movimiento pero nadie compra, hay movimiento pero no hay compra. Pasa mucha gente, vienen a pasear; entra, pregunta, te hacen sacadero pero al último te dicen gracias, no hay venta”.
A lo largo de los años distribuidor Morel ha sido conocido por ofrecer disfraces y trajes artísticos para todo tipo de ocasión. Pese a contar ya con una agenda de clientes, la pandemia de Covid-19 los ha perjudicado a tal manera que se encuentran al borde de la quiebra, pero con la esperanza de que el regreso a clases restablezca las ventas al ser productos que se venden en temporada escolar.
Los disfraces y trajes artísticos, así como la bisutería tiene mucho que ver con las clases, puntualizó Silvia, al ser requeridos para un festival, un día festivo, fiestas, graduaciones, reuniones, todo lo que conlleva volver a las actividades diarias. Hoy no hay fiestas, no hay reuniones y por ende, distribuidor Morel no ha tenido tantos clientes.
Como cualquier negocio tiene temporadas buenas y malas, una de las mejores es el fin del ciclo escolar, como sería actualmente, pero hoy al descapitalizarse y perder durante largos meses una importante cantidad de dinero no han observado las mismas ganancias.
Silvia Verónica Torre Gamboa detalló que a pesar de la dificultad que ha sido la pandemia no buscaron acceder a un apoyo económico por parte de las autoridades, toda vez de que los requisitos solicitados son imposibles.
“Te dan préstamos pero son imposibles de alcanzar, una no te lo sueltan tan fácil, otra te prestan para pagar renta, para que pagues el seguro social y todo con recibo pero no tenemos empleados como compruebo; la luz tiene que estar a tu nombre, yo tengo el recibo de luz pero está a nombre de otra persona que rento, yo sigo pagando pero no hay forma de comprobar que la luz es de aquí, con la dirección pero no prestan el dinero si no está a tu nombre”, destacó Silvia.
Distribuidor Morel, como muchos negocios en el estado, ha considerado sumamente difícil el proceso de mantener su local en medio de una epidemia mundial; no obstante, la necesidad y el deseo de seguir al frente del establecimiento familiar los han colocado como pocos de los vencedores, los victoriosos que continúan luchando para restablecer las ganancias.
Distribuidor Morel se ubica en calle Guerrero, local 1C, en el Centro Histórico de Cuernavaca, en un horario corrido de 11:00 a 20:00 horas de lunes a domingo, enfrente de una conocida tienda departamental de ropa.
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