Para María del Socorro Alarcón, directora de un colegio privado de Cuernavaca, ser mamá y dedicarse a la docencia de niños de preescolar y primaria representa un reto debido al corto tiempo libre que tiene para dedicárselo a su hijo por las tardes, en especial, porque debe realizar diferentes actividades académicas como preparar una clase mientras su pequeño hace su tarea o juega un rato. Sin embargo, todo se fue acomodando conforme pasó el tiempo para lograr organizarse y no descuidar ninguna de las dos cosas, ni su trabajo como maestra ni su labor como madre.
Del Socorro Alarcón recordó que ser mamá, cuando se trata de festivales, ha sido complicado, ya que por ser maestra debe estar atenta al desarrollo de las actividades y no puede disfrutar el espectáculo que realizan también para ella, pero aseguró que es gratificante ver el desenvolvimiento de sus alumnos, quienes forman parte de su vida cotidiana y poder percatarse de la cara de amor y sorpresa que hacen las madres de familia al ver a sus hijos bailar o cantar, trabajo y tiempo que invirtió la maestra por varias semanas.
Además, expresó que durante estos 25 años como mamá hubo cosas que a lo mejor no pudo realizar pero llena el vacío todo lo que ha logrado, en especial al sentir una gran satisfacción personal de ver a su hijo desenvolverse y obtener éxitos tras los años de trabajo durante la niñez, situación que se transmite de igual manera con sus pequeños alumnos, a quienes les tiene el mismo cariño.
El ser docente realmente es de vocación, no es nada más un trabajo como cualquier otro, se trata de tener la vocación, sentir el amor por los chiquitos y creer que has logrado en ellos algo, algo que se va a quedar que te van a recordar y que para su futuro es importante, lo mismo es con los hijos, un orgullo de madre