El asombro y emoción que sintieron miles de personas al presenciar el eclipse solar de este 14 de octubre contrastó con la indiferencia de otros en Cuernavaca.
Morelos es una entidad reconocida por concentrar centros científicos y ser el hogar para cientos de investigadores. No es extraño que, por ello, muchos conocedores hayan acudido al Centro Cultural Teopanzolco para observar, a través de los telescopios instalados, el fenómeno celeste.
La Plaza de Armas, Catedral y el Palacio de Cortés eran los escenarios ideales para ver el eclipse; no obstante, a las 10:15 horas, muy poca gente se tomaba el tiempo de hacerlo.
De visita por Cuernavaca, la señora Norma caminaba junto con su familia cuando se le cuestionó si tenía planes de observar el eclipse, pero respondió que, a pesar de que quería aprovechar la oportunidad, no tenía material de seguridad para hacerlo. En esto coincidieron cuatro personas más, quienes también dijeron que no había lentes certificados. Delfino, en cambio, sentado en una de las bancas, subrayó que "tenía otras ocupaciones".
En el Centro Cultural Teopanzolco, en cambio, todo era algarabía. Unos minutos antes del momento cúspide en Morelos, 11:10 horas, todavía había una larguísima fila para ingresar al recinto. Todos querían darle un vistazo, a través de los más de 15 telescopios que el Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Morelos facilitó.
Niños vestidos con traje de astronautas, como Sebastián y Julieta; personas vestidas de color blanco para celebrar un ritual y "cargarse" de energía.
"Cada quien cree en lo que guste, nosotros solamente nos tomamos de las manos y despejamos nuestra mente", contó el señor Javier.
Emoción entre los menores
Andrea Ramírez Paulin, directora general del Consejo, comentó que los más emocionados fueron los niños, y es que cada vez que los pequeños ponían sus rostros en los telescopios se escuchaban expresiones como: "¡Wow, está increíble!, "Mamá ¿ya viste que hay una Luna en el Sol?"
Hasta las lágrimas, desde Campeche
David Olivos Sánchez, divulgador de ciencia de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y astrofotógrafo viajó a Campeche para disfrutar en su esplendor de este fenómeno. Entrevistado en exclusiva para El Sol de Cuernavaca, emocionado confesó:
Me hizo sacar lágrimas de emoción, emoción que pocas cosas te hacen sentir con esa intensidad
Cuenta que detrás de este momento había mucho trabajo; fue un fenómeno que esperó por años, y la experiencia salió mejor de lo que imaginó. "La gente me mandaba fotos, yo veía a la gente feliz, valió la pena todo el trabajo", compartió.
Después de las 13:00 horas, la gente poco a poco fue abandonando el recinto del Teopanzolco, con la mira puesta en el próximo eclipse que ocurrirá en abril de 2024.