A partir de la emergencia sanitaria, que ocasionó mayor desempleo, la llamada economía neni adquirió relevancia para autoemplearse y obtener ingresos por medio de las ventas de productos o servicios.
José Ignacio Martínez Cortés, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que esta modalidad está enraizada en nuestra cultura desde hace tiempo y más ahora que hay empresas con un gran inventario de productos disponibles para que vendedores, en su mayoría mujeres, se dediquen a comerciar al menudeo.
“Este tipo de actividad se conoce como ‘economía neni’, debido a que es muy común que clientas y vendedoras se hablen de una manera más cariñosa y de cercanía, al utilizar la palabra ‘nena’ o ‘neni’ al dirigirse entre ellas. Un estudio que hicimos arrojó que ésta crea empleo para tres personas, comenzando con una empresa que le vende a una emprendedora cierto producto y ésta a su vez lo ofrece a alguien más a través de catálogos o de manera física, así es como funciona”.
Detalló que es un tipo de comercio informal porque no está estrictamente fiscalizado, pero es distinto al ambulante. Este tipo de economía arroja ventas al día por aproximadamente nueve millones 500 mil pesos; se trata de un autoempleo al que le dedican prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, sobre todo porque la principal forma de ofrecer la mercancía en estos tiempos de pandemia es por medio de las plataformas digitales, las cuales llevaron a otro nivel la demostración de la mercancía.
“Cerca de 13 millones de hogares tienen un ingreso gracias a esta actividad económica. Hay personas que ya están profesionalizadas y han venido operando desde hace tiempo, pero otras más se han sumado debido a que ya no tuvieron un ingreso y la necesidad las orilló a ello; a veces no tienen un punto de venta fijo, por lo que en ocasiones vemos en el transporte público a mujeres cargando con grandes bultos de zapatos, ropa o juguetes que son destinados a sus clientes”.
El 23 y 30 de marzo de 2020, dijo, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las actividades esenciales durante la emergencia sanitaria, lo cual produjo el cierre de 75 por ciento de comercios y esto afectó el bolsillo de una cantidad importante de quienes participan en la “economía neni”. Por tanto, algunas personas tuvieron que buscar otras formas de conseguir la mercancía a buen precio.
De acuerdo con el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios, algunas de las emprendedoras ofrecen productos o servicios de elaboración propia y se dan a conocer a través de los distintos medios. Una cantidad importante de estas personas protegen su propiedad intelectual y sus derechos de autor.
“En algunos de nuestros círculos sociales tenemos a más de una persona que se dedica a este tipo de economía, que incluso nos ofrece la mercancía con pagos fijos, tal y como lo hace una tarjeta de crédito en alguna tienda departamental. De esta manera, también hay jóvenes que de manera pública o privada promueven sus productos con el fin de financiar sus estudios o aportar un ingreso económico a su familia”.
La mayoría, comentó, van al día con sus gastos y difícilmente cuentan con un respaldo para que el banco les otorgue un crédito, capital que en ocasiones es necesario para que continúen con la inversión en su negocio.
Con información de la UNAM
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