El jueves 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz y en Morelos, de acuerdo con Jesús Longar Estrada, responsable de la pastoral social en la Diócesis de Cuernavaca, ésta se construye y trabaja aunque los esfuerzos no se reflejen inmediatamente, en virtud de que “el nivel de descomposición social ha avanzado tanto que requiere de tiempo para sanar las rupturas”.

Y es que las desapariciones de personas, los robos, asaltos e inseguridad en general, así como la violencia y la extorsión, entre otros, les han arrebatado a las y los morelenses la tranquilidad.

Desde el Centro de Investigación Sociológica de la Provincia Jesuita por la Paz (CIAS), el sacerdote refiere que “las heridas que hay en las bases de la sociedad tienen que sanar para echar raíces nuevas, amorosas, pensadas en el prójimo”.

“El CIAS no ve un problema (de tan solo) policías y ladrones, sino que se van a lo más profundo del tema y todo a partir de las causas que originan la violencia”, precisó el religioso.

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La apuesta, dijo, son las comunidades y trabajar con ellas de primera mano, hacer encuestas, crear propuestas para difundir la paz y fomentar la convivencia en comunidad.

Los propios sacerdotes morelenses participan en foros junto a la comunidad; el resultado de los encuentros se documenta para que CIAS y la Diócesis adecuen el programa de acción a la medida.

“La idea es crear una agenda nacional por la paz desde el Episcopado Mexicano, entonces la iglesia está en esta búsqueda; a partir de lo que la gente nos platica vemos cuáles son las estrategias que vamos a realizar”, detalló.

La construcción de la paz es una labor que la iglesia vocacionalmente tiene, aunada sus propias responsabilidades, pero sobre todo porque la población aún cree en la iglesia y confía en el actuar católico, sostuvo Longar.

Detalló que los programas enfatizan en la fe, la educación, la familia y la economía; en todos enseñan a los participantes a resolver conflictos y mejorar las relaciones entre familias, además de sanar emocionalmente las heridas que impiden al ser humano ser feliz.

“En la económica, por ejemplo, buscamos que la persona esté al centro y (que no vean a la) economía para hacerse millonarios, sino como lo que les permitirá vivir dignamente”.

La primera puerta que se les cerró desde la implementación de los apoyos CIAS en Cuernavaca fue el programa de “autoridades comunitarias”, pues a pesar de que al inicio hubo interés, por cuestiones de agendas en la Diócesis ya no se concretó; sin embargo, la titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca (Seprac), Alicia Vázquez Luna, ha estado en algunos foros.

“Con este programa buscábamos que los policías se reorientaran, acercaran a la comunidad para que aprendieran a dialogar adecuadamente en el ejercicio de sus actividades”.

En Morelos se busca que todos los párrocos tengan programas CIAS, y en aproximadamente tres años cuenten con una especie de guía práctica que le permita a la comunidad ser difusores de paz.

En lo que respecta al feminicidio, la creación de nuevas masculinidades será la clave para disminuir la violencia contra las mujeres. La iglesia está por arrancar un programa dirigido a los hombres morelenses para que se deconstruyan.

"Reciclar la violencia, estrategia del gobierno"

José Antonio Sandoval Tajonar, director de Don Bosco y del Instituto para la Paz y el Desarrollo, tiene más de 10 años implementado en las nuevas generaciones la cultura de paz en el estado y el resto de la República; esta doctrina la ha llevado a más de 500 escuelas, la mayoría de ella públicas. Opina que la estrategia que tienen los gobiernos es “reciclar” la violencia y no construir paz como tal; es un tema complejo, agrega, sin embargo se puede empezar desde los más pequeño y fino de la sociedad para cimentar bases sólidas de paz.

Puntualizó: “En este año se nos invita a hacer acciones específicas por la paz, hay maneras muy fáciles de hacerlo desde el lugar que ocupemos. La paz se va a construir con la participación de todos, desde el hogar, el trabajo, la escuela con el prójimo, cuidar del medio ambiente y no desperdiciar comida".

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